El derechista Iván Duque ganó este domingo la Presidencia de Colombia al vencer en un balotaje al izquierdista Gustavo Petro, en un triunfo que tranquiliza a los inversionistas pero que abre el camino para reformar el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC.
Duque obtuvo un 53.98 por ciento de los votos (10.3 millones de sufragios), superando por más de 12 puntos porcentuales a Petro, según los cómputos de la Registraduría Nacional.
La campaña y la elección transcurrió en medio de la polarización por las propuestas opuestas de los dos candidatos, con marcadas diferencias sobre el futuro del acuerdo de paz y del modelo económico del país de 50 millones de habitantes.
Pese a la derrota, la izquierda alcanzó más de 8 millones de sufragios, su votación más alta en la historia de Colombia.
«¿Cuál derrota? Ocho millones de colombianos y colombianas libres en pie. Aquí no hay derrota. Por ahora no seremos Gobierno», aseguró el izquierdista ante sus seguidores al reconocer el triunfo de Duque.
«Yo no me siento, la verdad, derrotado», reiteró posteriormente.
El resultado convierte a Petro en el jefe natural de la Oposición y deja a la izquierda bien posicionada para las elecciones regionales del próximo año y las presidenciales del 2022, de acuerdo con analistas.
«Qué esperamos de Duque, aceptamos su triunfo, es el presidente de la República de Colombia. No le vamos a pedir ministerios, ni embajadas, ni nada. Hoy somos la Oposición a ese Gobierno (…) porque no coincidimos con él», aseguró Petro en un discurso ante sus seguidores que lo aclamaban.
El presidente electo, apoyado por el ex Mandatario Álvaro Uribe, propone cambiar el acuerdo de paz con la desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para obligar a los ex comandantes a que primero respondan ante la justicia por sus crímenes en lugar de ocupar cargos políticos.
En tanto, Petro planteaba dar continuidad al acuerdo de paz, redistribuir la tierra inutilizada entre los pobres, subir los impuestos a los terratenientes, eliminar gradualmente la dependencia económica del petróleo y del carbón, además de enfrentar a las élites políticas y económicas a las que acusa de la pobreza y la profunda desigualdad social.
Estas fueron las primeras elecciones presidenciales desde la firma de la paz con las FARC en 2016 que promovió el actual Presidente, Juan Manuel Santos, quien dejará la jefatura del Estado en agosto tras ocho años en el poder y pasará a la historia por haber logrado el acuerdo para acabar en gran parte con un conflicto armado de más de medio siglo que ha dejado unos 220 mil muertos.
Temores al cambio
El derechista busca hacer cambios y correcciones al acuerdo para garantizar justicia y reparación a las víctimas, lo que ha despertado temor entre muchos colombianos por el riesgo de que los ex combatientes de las FARC se sientan traicionados y decidan regresar a las armas sumándose a las disidencias, a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) o a bandas criminales.
Varias regiones montañosas y selváticas de Colombia desalojadas por las FARC tras el acuerdo de paz, que le permitió a la ex guerrilla convertirse en un partido político y tener 10 escaños en el Congreso, han registrado una notable reducción de la violencia.
Pero en otras áreas disidentes de las FARC, el ELN y bandas criminales combaten por controlar las zonas estratégicas para el narcotráfico y la minería ilegal.
La cuarta economía de América Latina, con un Producto Interno Bruto anual de 320 mil millones de dólares y que enfrenta una desaceleración, también estuvo en medio del debate.
Duque, un abogado de 41 años experto en economía y amigo del libre mercado, propuso en la campaña reducir los impuestos a las empresas para atraer más inversión extranjera, al tiempo que se comprometió a dar estabilidad jurídica a los sectores petrolero y del carbón, los principales generadores de ingresos por exportaciones.
«Es un resultado muy en línea con lo que el mercado estaba esperando y garantiza que se mantenga ese activo que ha estado vendiendo Colombia desde hace algún tiempo, que es la estabilidad política y económica», afirmó desde Panamá Felipe Campos, economista jefe de la correduría Alianza.
Petro, un economista de 58 años que militó en la desmovilizada guerrilla del M-19, planteaba dejar gradualmente la dependencia económica del petróleo y el carbón, incursionar en las energías limpias, además de una reforma agraria para aumentar la producción entregando tierras a campesinos pobres.
Santos dijo que llamó a Duque para felicitarlo por el triunfo electoral.
«Le ofrecí toda la colaboración del gobierno para hacer una transición ordenada y tranquila», escribió el saliente Mandatario en su cuenta de Twitter.