Londres, 5 Ene (Quién).- La escritora J.K. Rowling se ha convertido en una de las personalidades más divisivas de la cultura popular acerca de sus polémicas opiniones sobre el movimiento trans y su concepción biológica de la feminidad. Sin embargo, la imagen tan negativa que de ella tienen ciertos sectores de la opinión pública, especialmente las generaciones más jóvenes, o la forma en que le han dado de lado los actores más famosos de las adaptaciones cinematográficas de su saga de libros Harry Potter , como Daniel Radcliffe o Emma Watson , no han afectado en absoluto a sus finanzas, que se encuentran mejor que nunca.
Tanto es así, que la compañía que fundó para gestionar los derechos de autor de sus creaciones, la distribución digital de sus obras y la comercialización de productos relacionados, Pottermore, facturó más de 45 millones de dólares durante el año fiscal que terminó en abril de 2022, de lo que obtuvo casi 7 millones antes de impuestos. En lo que a su fortuna personal se refiere, en ese ejercicio la autora recibió 21 millones de dólares en dividendos, según informa el diario británico Daily Mail . La también productora y guionista británica ya avisó hace unos meses a sus detractores que sus campañas de ‘cancelación’ no estaban surtiendo demasiado efecto. De hecho, a su paso por el podcast de la escritora Suzanne Moore, ‘Letters from Suzanne’, Rowling presumió incluso de que los ataques recibidos desde hace más de dos años habían desembocado únicamente en un significativo incremento en las ventas de sus libros. «La única vez que he hecho referencia a la posibilidad de ser cancelada, las ventas de mis libros crecieron… No me considero cancelada», señaló.
Esa seguridad en sí misma y en su poder de convocatoria ha llevado a J.K. Rowling a intensificar sus críticas hacia aquellos políticos o activistas que apuestan por avanzar en materia de derechos para el colectivo transexual. Tanto es así, que la autora no dudó en recriminar a Nicola Sturgeon , ministra principal de Escocia, la reciente aprobación de la ley que permite a los ciudadanos del país definir legalmente su género: una medida que llevó a Rowling a calificar a la mandataria de «destructora de los derechos de las mujeres».