Los abogados de Donald Trump denunciaron el lunes el juicio al expresidente como “puro teatro político” y acusaron a los demócratas de tratar de usar el trauma del asalto al Capitolio para sacar ventaja partidista.
El expediente judicial introducido por la defensa del ex mandatario constituye un amplio ataque contra las acusaciones que fundamentan el proceso emprendido en la Cámara de Representantes, y presagia los argumentos que serán esgrimidos en el Senado.
El tono mordaz del documento, donde se acusa a los demócratas de esgrimir argumentos “obviamente absurdos” y de tratar de “silenciar a un rival político” revela que la defensa de Trump tratará de sembrar dudas sobre la constitucionalidad del proceso y sobre la culpabilidad del ex mandatario.
“Los demócratas nunca quieren desperdiciar una buena crisis y son incapaces de entender que no todo es culpa de sus adversarios políticos, no importa cuánto deseen aprovechar todo momento de incertidumbre sobre el pueblo estadounidense”, dice el documento de la defensa.
Añaden que Trump simplemente estaba ejerciendo su libertad de expresión cuando cuestionó los resultados de las elecciones y que éste explícitamente pidió a sus partidarios protestar pacíficamente, por lo que no se le puede hacer responsable del ataque al palacio legislativo el 6 de enero. Insisten que el Senado no tiene el derecho a enjuiciar a alguien que ya no ocupa la presidencia, argumento que ha sido cuestionado por numerosos expertos, incluso conservadores.
La defensa sostiene que los demócratas no buscan justicia sino “un intento egoísta de aprovecharse del horror y la confusión que invadió a los ciudadanos de todas las tendencias políticas al ver la destrucción del Capitolio por parte de unos pocos centenares de personas el 6 de enero”.
Los parlamentarios demócratas a cargo de llegar a cabo el proceso presentaron el lunes sus propios argumentos, denunciando que Trump “traicionó al pueblo estadounidense” y que lo que hizo es indefendible e inexcusable.
“Su incitación a la insurrección contra el gobierno de Estados Unidos —lo que interrumpió la transición pacífica del poder— es el delito constitucional más grave jamás cometido por un presidente”, argumentaron los demócratas.
El juicio comenzará el martes con un debate y votación en torno al tema de si es constitucional enjuiciar a un expresidente, un argumento que vendría bien a aquellos legisladores republicanos que desean ver a Trump exonerado, pero no quieren aparecer como avales de su conducta. Los argumentos iniciales comenzarán el miércoles al mediodía y cada parte tendrá un máximo de 16 horas para presentar sus argumentos.
Bajo un acuerdo preliminar logrado entre el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, y el líder de los republicanos en la cámara alta Mitch McConnell, el proceso hará una pausa el viernes a la tarde por el Shabat judío, a solicitud del equipo de Trump, y se reanudará el domingo. Al parecer no habrá testigos, y Trump se ha negado a testificar.