El ‘Gran campeón’, Julio César Chávez, confesó haber sido infiel en diversas ocasiones, sin embargo, aseguró que no se enamoraba por ‘respeto’ a su esposa e hijos.
Julio César Chávez, el ‘Gran campeón’, se sinceró en una entrevista con Yordi Rosado y reveló que cometió un sinfín de infidelidades, sin embargo, nunca se enamoraba por ‘respeto’ a su esposa e hijos.
Fui bien p¡rujo, bien p*to la verdad, pero la verdad con todo respeto no me enamoraba porque tenía a mis hijos y tenía a mi esposa”., reveló Julio César Chávez.
Yo le fui infiel a mi mujer, pero por respeto a ella no me enamoraba. 🤡🤡🤡🤡🤡🤡 pic.twitter.com/fJCbXBDMM4
— Prófugos del Ácido Fólico (@EsdeProfugos) February 3, 2023
Durante la entrevista, también reveló el día en que su esposa lo siguió hasta encontrarlo con otra mujer, por lo que destrozó su Rolls Royce de aproximadamente 350 mil dólares (poco más de 6 millones y medio de pesos):
Voy a ver a una morra y mi señora me sigue… el caso e que llega y estaba ahí sentado, lo bueno es que no me agarró con ella y me llegó y ‘así te quería agarrar hijo de tu ch¡ngada madre’ y agarró la cerveza y el carro me lo empezó a chocar por atrás… nuevecito”.
LAS ADICCIONES DE JULIO CÉSAR CHÁVEZ
El ‘Gran campeón’ compartió que todos los días comenzaba tomando una cerveza y un clamato, para después seguir con tequila, whisky, cognac y baileys… y lo que se sumara, pero eso era ‘de cajón’.
Asimismo, dio a conocer que un día vomitó tres litros de sangre debido a una sobredosis, sin embargo, en cuanto empezó a sentirse un poco mejor (en el mismo hospital) mandó a tres trabajadores por cocaína.
El día que vomité tres litros de sangre, estuve en el hospital y cuando ya me cauterizaron, mandé por cocaína a los trabajadores”.
Julio César Chávez tuvo que pasar por una clínica de rehabilitación para superar su adicción al alcohol y drogas, y a pesar de las ‘tentaciones’, evitó una recaída.
Todos querían que estuviera año y medio, yo estuve 5 meses y medio nada más, y nadie daba un peso por mí. Todos pensaban que iba a recaer rápidamente y sí, efectivamente estuve muchas veces a punto de recaer”.
Llegaba a la casa, me metía al baño para que no me viera mi señora y ‘Dios mío, cocaína’, yo tenía un año y medio limpio y sudando y la tiraba. Pero lo que me salvó fue que me iba corriendo de nuevo a la clínica”.
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