Ciudad de México, 5 Abr (20 Minutos).- Pese a las deficiencias que hubo en el concierto que Julio Iglesias ofreció en esta ciudad como parte de su gira The 50 Year Aniversary Tour, el público se las dispensó todas y le rindió ovación de pie a quien es considerado el artista de habla hispana más famoso a nivel mundial.
A sus 75 años, el astro español “camina lento, como perdonando el viento”, diría el italiano Piero. Sus movimientos son pausados y procura permanecer sentado mientras bebe de una botella con agua de manera constante.
Ya no posee la misma calidad de voz que en sus tiempos de gloria; se le escucha con poca dicción y a un bajo volumen, pero sigue adelante pues asegura que cantar es la única razón que lo mantiene vivo.
Sus cuatro esculturales coristas hacen lo propio, pero su desempeño ayuda poco cuando el audio también es insuficiente. Debido a que provenía de pequeñas bocinas instaladas sobre monopiés, los de arriba no escuchaban con claridad y tampoco los del fondo.
Sin embargo, nada de esto importa a los fans cuando lo tienen enfrente, cuando lo pueden admirar a través de las pantallas gigantes colocadas en el Auditorio Nacional y pueden cantar sus grandes temas a la par que él.
Es Julio Iglesias, decía doña Rosa, y a él se le perdona todo. “Así se pusiera sobre el escenario durante cinco horas sin cantar, yo volvería a pagar el mismo boleto solo para contemplarlo. Lo haría para ver su porte de galán, porque era mi novio en mis días de chamaca y lo será siempre”, sentenció.
Rosa, de 72 años, fue una de las miles de seguidoras que se dieron cita en el majestuoso recinto. Elegantemente vestida y acompañada de su hija, se le notaba con la emoción a flor de piel. Dijo que ya tenía las canciones ensayadas para no olvidar la letra a la mera hora, y que nada más faltaba que su ídolo cumpliera con la promesa de salir y lo hizo.
El momento llegó a las 20:30 horas, cuando comenzaron a sonar los primeros acordes de “Amor, amor, amor”, y Julio Iglesias ya estaba frente a unas 9 mil personas que casi abarrotan el llamado Coloso de Reforma.
“¡Te queremos ver!” “¡Hazte para adelante!”, le solicitaban sus seguidores en repetidas ocasiones luego de que Julio Iglesias, con atuendo de color negro y camisa en blanco, aparecía como escondido entre los músicos y bajo una tenue iluminación.
“¡Que te prendan la luz, no te vemos!”, insistían, pero el artista no hizo caso y así continuó durante todo el “show” que por momentos parecía a capela ante la poca potencia en el sonido de los instrumentos.
“Tantas cosas que decirles en estos años. Ya son casi 50 años desde que vine por primera vez a México y han pasado miles y miles de historias bonitas entre el pueblo mexicano y mi vida”, expresó a manera de bienvenida para luego entregar “La gota fría”, “Mammy blue” y “Un canto a Galicia”, que compuso a la tierra de su padre.
“Pude haber nacido en México o en Japón, pero los artistas nacemos en donde cantamos y yo le debo tanto a este país”, dijo para luego resaltar que heredó la música de grandes autores como Manzanero, Lara, Juan Gabriel, José Alfredo Jiménez y Ferrusquilla, de quien interpretó “Échame a mí la culpa”.
“Hace 50 años que interpreto las canciones mexicanas, desde Finlandia hasta Chile”, subrayó, y así con el talento de cinco músicos en escena entregó una de sus máximas obras musicales: “Me olvidé de vivir”.
“Estar flaco a mi edad significa que no como nada, pero la única razón que me mantiene vivo es estar cantando”, decía el astro que ha grabado más de 70 discos mientras comenzaba una ligera rechifla y le insistían en que no se oía nada.
“Y menos si el micrófono se lo pone en el estómago y no frente a la boca”, exclamaba Marco Antonio, mientras que Moisés decía, a modo de justificación: “es que canta con el corazón”.
“Caruso”, “Abrázame”, “Hey” y “Careless whisper” siguieron en el repertorio hasta que llegó el turno de “Ella”, que coreó la gente de principio a fin lo mismo que “Quijote”.
Ya había transcurrido una hora y para entonces no “reventaba” ningún tema, pero Julio no paraba de hablar. Contaba de su vida, de sus hijos y de su estancia en México cada que le es posible venir.
“Eres lo máximo, Julio. Te queremos”, se oyó a lo lejos una voz femenina y el ídolo español que ha pisado con éxito escenarios tan distantes como Angola, Indonesia, Singapur, Finlandia, Hong Kong, Beijing y Vietnam, respondió:
“Ustedes me tienen que querer porque yo los quiero a ustedes”, decía para entregar “De niña a mujer”, “Natalie”, “Ni te tengo ni te olvido”, “Amanecí otra vez”, “Me va, me va” y “La vida sigue igual”, su primer tema, escrito en 1968.
A través de las redes sociales trascendió que Julio Iglesias cayó o tropezó del escenario al dirigirse hacia su camerino; sin embargo, no existe una imagen clara en la que se aprecie que es él o quizá algún integrante de su staff.
The 50 Year Aniversary Tour continuará por Bélgica, Países Bajos, Reino Unido y Portugal, entre otros países.