La Facultad de Estomatología de la BUAP es la segunda unidad que a nivel nacional se suma a la iniciativa de llevar un mayor control y registro de las patologías bucales -después de la Universidad Autónoma de Guadalajara. Entre estas, el cáncer oral que -si bien no está entre los tumores malignos de mayor incidencia- de acuerdo con Global Cancer Observatory para el 2030 se incrementará hasta en 50 por ciento a nivel mundial.
Se trata de un tumor que tiene capacidad de generar metástasis, por lo que la mitad de los pacientes fallece a los cinco años de ser diagnosticados con esta enfermedad. Solo el 15 por ciento de los casos son detectados en etapas tempranas.
“Al prestar servicios bucodentales, la facultad tiene una casuística muy amplia, por lo que podremos reportar el dato epidemiológico a la Secretaría de Salud y con ello contribuir a la realización de un registro nacional sobre el número de casos y tipo de patologías bucales”, indicó Samantha Rivera Macías, docente de esta unidad académica.
Asimismo, la Facultad de Estomatología forma parte de la Red Nacional contra el Cáncer Bucal, integrada por diversas instituciones de educación superior y asociaciones, cuyo objetivo es disminuir la presencia de casos nuevos de cáncer a través de campañas de prevención y servicios de atención.
Es así que todos los viernes, de 9:00 a 14:00 horas, sin costo alguno, personal del Laboratorio de Histopatología atiende al público en general en la revisión de alteraciones en la cavidad bucal e instruye a los pacientes en su autoexploración.
En caso de encontrar alguna anomalía, se toma una biopsia y se realiza un estudio histopatológico. Con un costo menor a 500 pesos y entre una y dos semanas, dependiendo el estudio, el paciente tiene un diagnóstico histopatológico. Si resulta una alteración de tipo maligno se canaliza a las áreas pertinentes para su atención, señaló Rivera Macías, especialista en patología bucal, quien comentó que en lo que va de este año se detectaron dos casos: plasmocitoma y carcinoma escamocelular.
“A nivel estatal, la BUAP es la única universidad que brinda el servicio de patología bucal, lo cual representa un gran avance en la detección de lesiones malignas. Saber cuántos pacientes tienen alteraciones y dar seguimiento a su atención contribuye a prevenir alteraciones y reducir la cifra de cáncer avanzado”, destacó la académica.
¡Saca la lengua!
Los principales factores de riesgo para desarrollar cáncer oral son el consumo de tabaco y alcohol, así como la irritación constante por el uso de prótesis mal ajustadas y la alimentación muy caliente que modifican la mucosa oral. Los sitios más afectados serán labio, lengua, encía, paladar y piso de boca.
La doctora Samantha Rivera Macías indicó que este tipo de cáncer es más frecuente en hombres que en mujeres, en un rango de edad de los 30 a 70 años. Hasta 2018, se han presentado en Puebla 833 casos, de los cuales desafortunadamente no todos han sido tratados.
“El paciente visita en promedio a siete dentistas antes de llegar con un patólogo, lo cual retrasa su diagnóstico. Generalmente, el cáncer oral se confunde con un hongo, en específico con candidosis bucal, por lo que su mal tratamiento retrasa su detección, de seis meses a un año y medio, tiempo suficiente para generar metástasis”.
Para crear conciencia en la población sobre los riesgos e incentivar el autoexamen oral, la Facultad de Estomatología realizó la primera campaña “Saca la lengua. Previene el cáncer oral”, en la que se atendieron a 150 pacientes, de ellos uno presentó cáncer de parótida.
El pasado 5 de diciembre (Día Internacional y Latinoamericano contra el Cáncer Bucal) se enseñó a los pacientes a poner énfasis en la identificación de lesiones blancas y rojas en la mucosa, además de úlceras con más de 15 días sin cicatrizar, ya que el cáncer en etapas iniciales no duele.
De igual manera se hizo hincapié en modificar los estilos de vida, relacionados con el consumo de comida rápida y alimentos demasiado calientes. “El calor adelgaza los epitelios, lo cual promueve la renovación constante de células. Si ese adelgazamiento es constante, las células tienen una mayor actividad y, por ende, se incrementa el riesgo de que se transformen o muten. Si a esto se suma el factor irritativo, el consumo de tabaco y alcohol, y la genética, la célula es más susceptible de transformarse”, detalló Rivera Macías.
Dependiendo la región, es el tipo de cáncer
El cáncer es una enfermedad que reporta anualmente 195 mil casos nuevos y 85 mil fallecimientos en México, la mayoría de estos por un diagnóstico tardío, ya que siete de cada diez pacientes con cáncer acuden a las instituciones de salud en etapa avanzada. En el caso de Puebla, 14 de cada 100 defunciones son por cáncer.
Las neoplasias más frecuentes en el país, según el Instituto Nacional de Cancerología, son de mama, próstata, dermatológicos -como linfomas-, cérvico uterino, colon y estómago.
La incidencia de los diferentes tipos de cáncer tiene relación con los estilos de vida. “Si dividimos al país en tres regiones: norte, centro y sureste, la frecuencia de tumores es distinta en cada región, porque tiene que ver con estilos de vida; a su vez, la mortalidad está asociada con el acceso de la población a los recursos para su tratamiento, como medicamentos y terapias de radiación”, expuso Miguel Quintana Quintana, jefe de Oncología del Centro Médico Naval de la ciudad de Mexico, durante el Tercer Foro Nacional de Líderes contra el Cáncer. “Modelos innovadores en cáncer para transformar a México”, cuya sede fue la BUAP.
El especialista detalló que el sureste del país tiene una mayor prevalencia de cáncer gástrico por el elevado consumo de sal. “En el caso de la zona centro, en la cual se ubica el estado de Puebla, predomina el cáncer de mama y próstata”.
Con respecto al cáncer de cabeza y cuello, abundó que este tiene dos factores importantes: el consumo de alcohol y tabaco, así como su prevalencia en jóvenes con virus del papiloma humano, debido a las prácticas sexuales.
Por otra parte, dijo que uno de los problemas principales del cáncer es su diagnóstico en etapa avanzada, en lo que influyen diferentes factores, entre estos el primer contacto con médicos generales o familiares, quienes no piensan en la presencia de cáncer. De ahí la importancia de modificar los programas curriculares en las instituciones de educación superior y acercar a los estudiantes a esta patología, puntualizó.