Un centenar de personas, la mayoría encapuchados, se movilizaron este lunes en Ciudad de México para reclamar justicia ante la violencia policial en el país, unas manifestaciones en las que se registraron destrozos en el mobiliario público y varios locales comerciales
Los manifestantes recorrieron la emblemática Avenida Paseo de la Reforma del centro de la capital, desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino, en reclamo, según las convocatorias en redes, de justicia en casos como el de la muerte de Giovanni López y la agresión por parte de las autoridades contra una joven el pasado viernes.
La joven, identificada como Melanie, fue golpeada durante una marcha en Ciudad de México por la muerte a manos de la Policía de Giovanni López tras haber sido detenido supuestamente por no llevar cubrebocas.
Durante la marcha, a diferencia de la ocurrida el pasado viernes, no hubo enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que se mantuvieron al margen y no aparecieron en las protestas más que para evitar -con éxito- que el grupo accediera a la calle Madero, la vía principal del Centro Histórico capitalino, que estaba cortada.
Los encapuchados amedrentaron a los medios de comunicación presentes indicando que no grabaran e incluso tiraron piedras y rociaron con extintores y spray de pintura a camarógrafos y fotógrafos.
Por esto y por la falta de pancartas o banderas que facilitasen la identificación de colectivos organizadores y la negativa de los participantes a hablar públicamente, los medios de comunicación no lograron conocer los reclamos de la marcha y se tuvieron que mantener alejados de los núcleos más violentos.
Asimismo, los manifestantes entraron a saquear sucursales bancarias, comercios de alimentos y algunos otros locales comerciales, además de derrumbar las vallas que protegían edificios como el Palacio de Bellas Artes o el edificio Guardiola, propiedad del Banco de México.
Sin embargo, tras llegar al Zócalo capitalino la marcha se fue dispersando después de que algunos integrantes pidieran que no se cometiesen más saqueos.
Tampoco llegaron a intentar tumbar las vallas que protegían el Palacio Nacional para acceder al mismo, ni emitieron ningún manifiesto aclaratorio sobre sus intenciones o los reclamos de a marcha.
Durante el recorrido estuvieron presentes el colectivo Marabunta, miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la ciudad y algunos funcionarios del gobierno capitalino que, aunque no frenaron los destrozos, lograron evitar enfrentamientos.