La crisis sanitaria actual adelantó a la Universidad al futuro y demostró que las tecnologías digitales no bastan para enfrentar los retos de innovación, porque la transformación debe ser más profunda: “Hay mucho por hacer, mejorar y aprender, pues deben encontrarse modos alternativos, innovadores y creativos que garanticen la labor educativa”, afirmó el rector Alfonso Esparza Ortiz, durante su conferencia inaugural del webinar “Los retos de la educación pública superior en México en una época de cambios”.
En la apertura de este foro virtual, que incluye 11 conferencias magistrales que serán transmitidas a través de la página de Facebook del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (https://www.facebook.com/icsyh/), para ofrecer una perspectiva de los retos y transformaciones que enfrenta la Universidad, participaron también Carmen De la Peza Casares, directora Adjunta de Desarrollo Científico del Conacyt, y Luciano Concheiro Bórquez, subsecretario de Educación Superior de la SEP federal.
Al dictar su ponencia, el rector de la BUAP refirió que la situación de la pandemia dejó en claro las necesidades y carencias no sólo económicas, sino también tecnológicas que enfrentan muchos estudiantes. La mayoría no cuenta con dispositivos, y aunque el 90 por ciento tiene un celular, generalmente no tienen banda ancha, además de que muchos enfrentan condiciones precarias de higiene y seguridad, así como violencia intrafamiliar. Por ello, dijo, la reflexión del compromiso académico que existe ante los desafíos de cara al futuro es un reto que tiene la Universidad.
Entre los efectos de la actual crisis sanitaria, refirió que en México un millón 431 mil estudiantes no regresarán a las aulas en el ciclo 2020-2021, de acuerdo con estimaciones del Programa de Naciones Unidas, y la deserción escolar en los niveles superior y medio superior se calcula en 25 por ciento, entre otras cifras alarmantes.
Ante este escenario, el rector Esparza Ortiz se pronunció por una serie de estrategias que consideren, entre otros aspectos, la capacitación tecnológica docente y apoyos permanentes para el buen desempeño de sus labores, y de este modo agregar un valor al proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia.
“Los profesores deben participar en la creación de nuevos ambientes virtuales y tecnológicos y, sobre todo, deben actuar con autonomía profesional y dentro de una cultura de colaboración. Debemos pensar en los contenidos y evitar la mera reproducción de las formas docentes del aula en un espacio virtual. El desafío didáctico es ofrecer a los estudiantes preguntas que sean transversales a cualquier segmentación del conocimiento, para que puedan comprender problemas sociales, identificarlos y actuar”.
Esparza Ortiz insistió que esta crisis es una oportunidad para cimentar el aprendizaje electrónico en la educación superior, que permita formar el capital humano en áreas emergentes, sin dejar de lado nuevas formas de evaluación para reconocer lo que el alumno sabe hacer, a fin de diferenciar la evaluación de la calificación.
Recordó que la BUAP ha practicado cambios en sus estrategias, con capacitaciones y reconocimiento autocrítico, la implementación de acciones innovadoras que garanticen la igualdad, pero sobre todo con el acceso a la educación media y superior, en consenso con las resoluciones de la Comisión Institucional para el Seguimiento y Evaluación para la Pandemia por el SARS-CoV-2.
Prueba de lo anterior, dijo, fue la decisión de aceptar a todos los aspirantes al nivel medio superior, a pesar de un incremento del 57 por ciento en la demanda de estudiantes, quienes tendrán que hacer un examen que definirá si continúan en modalidad presencial o mixta. De igual forma, mencionó que se ha priorizado la salud, de ahí que el proceso de admisión para nivel superior se adaptó a un nuevo formato que incluye un curso propedéutico.
Por último, el reector de la BUAP resaltó que “hoy más que nunca se necesita convocar al diálogo y lograr acuerdos constructivos para poner el conocimiento al servicio de las necesidades de la población y demostrar por qué la educación es una de las mejores herramientas para alcanzar un desarrollo sustentable y equitativo”.
Por su parte, el subsecretario de Educación Superior de la SEP federal, Luciano Concheiro Bórquez, celebró la iniciativa de la Universidad y el apoyo del rector Alfonso Esparza para la realización de este foro en el que se expondrá una preocupación de las comunidades académicas y la forma en cómo perciben las políticas públicas, por lo que las intervenciones serán útiles y representarán propuestas que serán traducidas en acciones reales.
Recordó que desde el inicio de la administración federal se han promovido espacios de consulta e intercambios de ideas relacionadas con la educación pública: “La BUAP ha sido sede de estos ejercicios con el apoyo decidido del Rector. Los ejes propuestos configuran el universo al cual están encaminados los esfuerzos del gobierno federal y confió en que a través de un trabajo conjunto se articularán acciones sustantivas que retomen las necesidades regionales y locales”.
Acceso a la ciencia para alcanzar bienestar
En la inauguración de este foro virtual, María del Carmen De la Peza Casares, directora Adjunta de Desarrollo Científico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), dio a conocer que si bien existe una política consistente en la formación de nuevos investigadores, crece la llamada “fuga de cerebros”, lo cual plantea un reto de inserción laboral de cuadros especializados.
“Mientras en el Sistema Nacional de Investigadores tenemos 33 mil 500 miembros, fuera del país hemos registrado 55 mil investigadores formados con recursos del Estado”.
Informó que si bien los planes académicos adscritos al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) registran un crecimiento anual entre 6 y 9 por ciento -lo cual se traduce aumento de becas e investigadores-, el país dispone de pocos científicos para atender los problemas que aquejan al territorio.
“Tenemos apenas un 0.7 de investigadores por cada 100 mil habitantes, lo que quiere decir que no hemos alcanzado el promedio de los países adscritos a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Lo mismo sucede con países latinoamericanos como Brasil y Argentina. Necesitamos más científicos de alto nivel para enfrentar las necesidades actuales”.
En su conferencia titulada “Hacia una política de investigación conjunta entre la Secretaría de Educación Pública, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y universidades públicas”, De la Peza Casares destacó la necesidad de encontrar una articulación entre las universidades y el sector productivo para que existan puestos de calidad para los egresados. “Ese es el pendiente, encontrar esa forma de articulación. No es que los científicos se conviertan en empresarios, sino que exista un diálogo entre ellos y el sector productivo del país”.
Asimismo, consideró la necesidad de buscar la colaboración del sector privado en la gestión de un modelo de ciencia y tecnología, así como desarrollar sistemas equitativos de salario en las distintas regiones. “Tenemos que encontrar mecanismos y una reflexión profunda del papel de financiamiento a las universidades, así como homologar los criterios de evaluación, sin afectar su autonomía”.
Por otra parte, la funcionaria indicó que la creación de la nueva Ley de Ciencia y Tecnología permitirá establecer el derecho universal a la ciencia, una condición indispensable para alcanzar condiciones de bienestar y reducir las brechas de desigualdad.
“Para que los mexicanos puedan elegir a la ciencia como vocación, es indispensable remontar las deficiencias en las primeras etapas, como fortalecer la formación de los profesores de educación básica”. A la par, consideró que la formación de científicos debe enfocarse a la pertinencia social y ambiental.
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