El telón del proceso electoral está por caer. Ante este escenario, es justo hacer un análisis sobre la participación y los alcances de la alianza, PAN, PRI y PRD en el estado de Puebla.
De primera instancia, lo que se desprende es que la dichosa alianza no arrojó malos resultados; sin embargo, la rentabilidad electoral de los tres partidos que integraron la coalición va a la baja.
La semana pasada señalábamos que Acción Nacional registra una caída en su votación, merced a la mala conducción de su actual presidenta estatal, Genoveva Huerta, quien regresó al panismo, a principios de los noventas.
La votación a favor del albiazul se redujo dramáticamente en todo el estado, de tal forma, que no fue el partido que arrastró con su votación al resto de las fuerzas políticas que integraron la alianza “Va por México”, en Puebla.
De entrada, la alianza solo ganó 4 distritos electorales federales y de una manera que se puede calificar casi como fortuita, ya que fueron producto del efecto del enfado de la clase media, en contra del presidente López, mismo que capitalizó el candidato a la alcaldía de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, quien arrastró a todos los candidatos de la zona conurbada.
A nivel local, la situación mejoró, aunque todo se basó en la alianza, ya que de haber ido solos los tres partidos hubieran sido arrasados.
De esto escribirá Ricardo Morales en su columna Las Serpientes .