La democracia no es sólo la prevalencia de la opinión mayoritaria, sino que incluye la interacción respetuosa y pacífica de posturas diferentes; de lo contrario, es la negación, es el totalitarismo, recordó el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello.
Durante su participación en el Seminario “Las Redes del Odio en México”, organizado por El Colegio de México y que contó igualmente con la participación de Ana Cristina Ruelas, defensora de los derechos humanos y del analista político Sergio Aguayo, afirmó que la polarización que hoy se vive en la sociedad está directamente vinculada con un discurso de odio que busca generar animadversión a través de la descalificación a quien se considera peligroso o simplemente distinto.
“La polarización se nutre de la intolerancia y la negación del pluralismo. Todos los experimentos totalitarios del mundo moderno sin excepción se han fundado en una concepción polarizada y en un discurso polarizador de la sociedad”, dijo.
En este sentido, expresó que para los polarizadores el pluralismo resulta en un engaño, en la disolución de la política, por lo que es necesario recurrir a los discursos de odio que buscan generar animadversión con razones o sin ellas, mintiendo o no.
Córdova Vianello señaló que este discurso alimenta el sentimiento de rechazo, repudio y negación hacia una persona o un grupo por considerarlo ya sea peligroso, nocivo, pernicioso o simplemente distinto y, por ello, indeseable.
Recordó que cuando se habla de un discurso de odio no es algo que se recree en el ámbito privado, no es un sentimiento interno, sino que tiene el propósito expreso e implícito de externarse públicamente para generar reacciones en contra de quien está dirigido.
Agregó que en la actualidad la polarización que aqueja a las sociedades democráticas se ve alimentada por noticias falsas, prejuicios ideológicos o políticos, así como un uso poco ético de las tecnologías de la información, las nuevas plataformas de internet y de forma particular las redes sociales.
“Lo que hoy resulta preocupante es que esta polarización está siendo potenciada por un valor abiertamente antidemocrático, la intolerancia y, hay que decirlo sin ambages, el uso de medios de comunicación, en particular las redes sociales, para difundir medias verdades o mentiras absolutas, para crear campañas de desprestigio en contra de personajes de la vida pública, para generar contextos de confrontación exacerbada o para difundir discursos de odio son fenómenos que representan grandes amenazas a la democracia”, sentenció.
Un claro ejemplo de ello, manifestó, es lo sucedido el pasado 6 de enero en Estados Unidos, donde una serie de recurrentes expresiones de confrontación, de discursos de odio y hasta de tolerancia frente a actitudes de intolerancia y de constantes verdades alternativas generaron un ataque directo a una de las democracias más antiguas y consolidadas.
Estos acontecimientos, advirtió, son una llamada de atención para todo el mundo de que cuando la intolerancia, el discurso que divide, descalifica y estigmatiza a quien piensa diferente prevalece, la democracia se pone en riesgo y se legitima la violencia.
“Lo ocurrido (en Washington) es un triste y lamentable recordatorio de eventos que constituyeron algunas de las peores experiencias de la humanidad durante el siglo pasado, se trata de la enésima advertencia clara y contundente de que a la democracia se le cuida o se agota”, mencionó.
El Consejero Presidente lamentó que estos hechos no sean ajenos para México más aún de cara a la elección de este año donde el compromiso de todos los actores políticos, autoridades de los tres órdenes de gobierno, medios de comunicación, usuarios de redes sociales y ciudadanos permitirá que la renovación de los poderes públicos se dé pacífica, civilizada y democráticamente.
Las redes aumentan el discurso de odio
En su participación, la ex Directora Regional de la Oficina para México y Centroamérica de Artículo 19, Ana Cristina Ruelas, aseguró que con las redes sociales el discurso de odio tiene escalas exorbitantes que obligan a tener una actuación contundente y firme.
Por ello destacó la importancia de establecer mecanismos de rendición de cuentas y transparencia para conocer claramente las razones por las cuales se determinan controles, más allá de que se perfile hacia estrategias de censura por parte del Estado, como lamentablemente ocurre en los países del sur de América Latina.
No obstante, señaló que las amenazas que se generan desde las redes sociales en contra de periodistas o diversos actores políticos escapan de este fenómeno y son delitos tipificados que deberían de investigarse por parte de las autoridades para que sean debidamente sancionados.
El investigador Sergio Aguayo, coordinador del Seminario, exaltó la importancia de no hablar de regulación propiamente de las redes sociales, sino de conciliación de tres derechos que están en tensión permanente en cualquier democracia: libertad de expresión, derecho a la información veraz y el derecho al honor.
El éxito de esto, añadió, es lo que se deberá analizar más aún con los hechos que se vivieron recientemente en Estados Unidos donde las redes tuvieron un papel importante.