El pensar diferente pero con sentido y el fomentar la innovación social corporativa, la innovación ciudadana y comenzar a desarrollar las competencias de las personas, se podrá contribuir al cambio social que se busca desde hace tiempo atrás.
Si queremos una mejor sociedad, si aspiramos a una mejor calidad de vida y buscamos mejores ideas, estrategias y mejores organizaciones, tenemos que darle tiempo a las personas creativas para pensar y que éstas ofrezcan diferentes opciones de solución para los problemas que nos aquejan como sociedad.
La creatividad y el proceso de innovación son un estilo de vida, en donde todos los días tenemos que investigar y crear algo nuevo en las diferentes disciplinas del conocimiento, para poder cambiar las cosas en nuestra sociedad, señaló Carlos Dulanto, miembro del Consejo Académico de Vinculación de la Facultad de Publicidad de la UPAEP.
Dijo que con esta forma de pensar diferente pero con sentido y de fomentar la innovación social corporativa, la innovación ciudadana y comenzar a desarrollar las competencias de las personas, se podrá contribuir al cambio social que se busca desde hace tiempo atrás.
Por lo tanto, la economía de la creatividad es la herramienta que nos permite generar la mayor cantidad de ideas de manera multidisciplinaria para todas las áreas del conocimiento en las que interviene el ser humano, señaló Dulanto.
Indicó que ante los diferentes escenarios sociales que estamos viviendo, como seres humanos nos hace falta mucha empatía, porque una persona para poder ser creativa tiene que desarrollar su capacidad empática para conocer mejor a las personas que están solicitando sus servicios para resolverles un problema.
Porque la empatía genera esos espacios creativos de cocreación en donde la pluriculturalidad y la multidisciplinariedad pueden conversar para construir algo, porque de lo contario, no va a suceder nada si sólo se observa y analiza desde un punto de vista y no de lo que piensa y siente el otro.
La economía de la creatividad es una economía colaborativa y distributiva, que es parte esencial para alcanzar el bienestar de una sociedad, porque se da la colaboración de ideas, la colaboración de experiencias, colaboración de puntos de vista diferentes para enriquecer las decisiones que se tomarán para aquello que se quiere resolver, refirió Carlos Dulanto.
La creatividad es el poder que tiene cualquier ser humano para poder asociar cosas y solucionar problemas. Y para comprender la economía de la creatividad es que las organizaciones y la gente en general, comprendan que es la creatividad y que está creatividad necesita de tiempo para la planificación estratégica para que realmente funcione de una manera efectiva.
Manifestó que un creativo tiene que ser una persona muy culta, y es un punto clave, queremos una ciudadanía, una comunidad creativa o ciudades cocreativas, se necesita de mucha educación, de mucha cultura.
Una persona creativa independientemente del área en que se encuentre, tiene que ser culta, saber de todo, estar bien informado, tiene que aprender a debatir puntos de vista porque si no es culta, que va a combinar para resolver, es decir, tener la capacidad para poder asociar cosas para resolver problemas, manifestó el académico.
“Una persona creativa, una ciudadanía creativa requiere de cultura y lo mejor que nos puede pasar es que tengamos un estilo de vida cultural, leer más, leer de todo, sin la necesidad de aceptarlo todo, para tener una opinión o para tener una calidad de información y varias horas de vuelo pensando sobre los puntos importantes de la economía de la creatividad y sus aportaciones”.
Dijo que actualmente las organizaciones creativas están generando espacios de tiempo dentro de ellas mismas para que la gente creativa tenga un espacio para pensar, para generar ideas y que no necesariamente tienen que ver para áreas de la publicidad o la comunicación, sino para todas las disciplinas del conocimiento.
Subrayó que un rasgo distintivo de la economía de la creatividad es la multidisciplinariedad, en donde el hecho de que exista personas que ven la realidad de manera distinta, hacen que las cosas se vean más interesantes porque están ofreciendo otras opciones para resolver problemas.
La economía de la creatividad o economía naranja está tomando fuerza en las diferentes comunidades y sectores sociales. Y más ahora cuando se le está dando un valor importante a los procesos creativos de las personas, señaló María del Carmen Williams Pellico, Directora de la Facultad de Publicidad de la UPAEP.
Agregó que desde hace tiempo la Unesco reconoce la importancia de la creatividad y como se sabe, en toda sociedad la manera de fortalecerla y de que haya un crecimiento en el tejido social es porque la industria creativa se vaya fortaleciendo en los diferentes rubros, políticos, económicos y sociales y es en donde la creatividad se convierte en el motor de desarrollo de la ciudad.
En México se estima que el 7% del PIB proviene de las industrias creativas y de la publicidad y por cada peso que se invierte en publicidad de acuerdo a un estudio de la AMAP, se generan 17 pesos del producto interno bruto.
Y en ese sentido, en la Facultad de Publicidad de la UPAEP, se le está dando mucha fuerza al tema de la creatividad y de que los alumnos se den cuenta de que ellos son ese motor de cambio en la sociedad, acotó Williams Pellico.