La comida mexicana es una gastronomía muy versátil que ayuda a la unión y convivencia de las familias.
La comida mexicana siempre está presente en los diferentes eventos importantes, en las festividades y en los acontecimientos históricos que forman parte de nuestra cultura, y la Navidad es un acontecimiento importante para reunir a las familias y esperar la llegada del Niño Jesús.
Para mantener vivos los platillos mexicanos que se elaboran en las festividades de diciembre como es la Nochebuena, Navidad y el Año Nuevo, es importante que la gente consuma productos locales, entre frutas y alimentos, que visiten los mercados de sus comunidades y con ello preparar sus alimentos para estas fechas, expresó Paola Vera Báez, Antropóloga Culinaria de la Facultad de Gastronomía de la UPAEP.
Enfatizó que los mexicanos pueden rescatar todos esos platillos tradicionales que se preparan para la Nochebuena y Navidad si consumen productos locales, como son frutas, verduras y alimentos de la temporada, bebidas como la Sidra, y que están cerca de su casa y “retomar con fuerza nuestros ingredientes tradicionales, porque además de rescatar nuestras tradiciones, vamos a ayudar a los productores locales que también están sufriendo la crisis económica actual, pero sobre todo, que los adultos transmitan estas tradiciones a los hijos y nuevas generaciones de jóvenes para que perduren a través del tiempo”.
En México la mayoría de la gente celebra la Nochebuena y la Navidad, en donde todas las personas ya están listas para recibir la llegada del Hijo de Dios, de acuerdo a la fe católica.
Comentó que la comida que se prepara en estas fechas de fin de año incluye los romeritos, la torta de camarón, ayocotes, chipotles rellenos, principalmente en el centro del país, entre otros platillos en donde predomina la presencia de carne roja, carne blanca, de bacalao, pavo y otras variedades de pescado, recordando que cada nación tiene sus platillos tradicionales para estas fechas.
Asimismo, dijo que uno de los platillos que más se consumen en nuestro país es el frijol en sus diferentes variedades y preparados de diferente manera, en donde por las celebraciones de Navidad el que más se conoce es el ayocote, que va acompañado de los chipotles capeados, menú que se consumía tradicionalmente en la Nochebuena, para dar paso a la cena de Navidad, en donde se presentan diferentes platillos preparados de acuerdo a las costumbres de cada región.
Recordó que antes del Concilio Vaticano II, la cena de Nochebuena y Cena de Navidad se separaban, pero después de este Concilio, se relajaron estas prácticas de penitencia en el año litúrgico, provocando que en la actualidad ya no se marca mucho esta diferencia de la Cena de Nochebuena y la Cena de Navidad.
Desde ahí podemos ver el origen de los platillos de Navidad, que no llevaban carne, como son los romeritos, los chipotles rellenos, los ayocotes y la ensalada de Navidad y el tradicional ponche o bebidas como la sidra.
Destacó que también que las posadas durante la Nueva España, surgen dentro de esa práctica religiosa para enseñarle a los indígenas que se estaba en la preparación para la llegada del Hijo de Dios y, “por ello se realizaban las posadas en donde a través de cantos, música e incluso bailes, se les enseña a los indígenas de cómo fue el recorrido de la Virgen María y San José hacia Belén, antes de que llegara el Hijo de Dios”.
Subrayó que la gastronomía de las posadas es interesante, comenzando por el “aguinaldo” que es de origen romano, en donde el emperador daba este regalo al pueblo en moneda o especie y que más tarde con la llegada de Constantino, en donde se establece el cristianismo como religión oficial dentro del imperio romano, se mantiene este regalo del aguinaldo que en ese momento se dará en nombre de Jesucristo, reiteró la académica.
Agregó que en las posadas se entregaban aguinaldos tradicionales que contenían frutas como tejocotes, jícamas pequeñas, cañas, cacahuates, la colación de dulces de colores, que eran unos verdaderos regalos para los niños y personas que participaban en las posadas de décadas atrás, y que ahora, se han transformado en aguinaldos llenos de dulces de procedencia extranjera o que están presentes en el mercado por la fuerte mercadotecnia que se hace para que la gente los tenga presentes.
En su intervención, el chef José de Jesús Ojeda Hernández, catedrático de la Facultad de Gastronomía de la UPAEP, señaló este viaje al pasado es la clave fundamental para reconocer el origen de los platillos de Navidad que más se consumen en la actualidad y de cómo se fueron transformando en el gusto del paladar de las personas.
Dijo que el folklore mexicano juega un papel importante por la gastronomía que existe a lo largo de nuestro país, y más cuando la familia se reúne en estas fechas de Navidad y Año Nuevo, y cada uno de los miembros llevan la comida para la cena, desde el bacalao, el pavo, las ensaladas, principalmente la de manzana que tiene sus inicios en la ciudad de Nueva York; el ponche rico en frutas que puede ir acompañado por otras bebidas o las tradicionales sidras.
Manifestó que la preparación de cada menú para la noche de Navidad, varía de acuerdo a las recetas de cada familia, cada platillo va acompañado con diferentes ingredientes, que en algunos casos puede incluir carne o no, según el gusto de cada familia; la preparación de los guisos y moles también varían de acuerdo a las tradiciones de cada familia mexicana.
José de Jesús Ojeda enfatizó que la comida mexicana es una gastronomía muy versátil y que además en las mesas mexicanas se le da ese sentido de unión y convivencia entre los miembros de la familia.
“La Gastronomía mexicana es sumamente versátil, todo el recetario de la temporada es como una lluvia de fusiones, de cultura y que da gusto al paladar de cada persona”, acotó Ojeda Hernández.