El cisma cultural que ocurrió hace 500 años, con eventos clave para la historia de México, como la toma de las ciudades gemelas de Tenochtitlan y Tlatelolco, en agosto de 1521, es evocado este año desde diversos frentes. Uno de ellos es la exposición Aztecas, la cual se inauguró este 5 agosto en el Museo de Etnología de Leiden, en el Reino de los Países Bajos, donde permanecerá hasta el 20 de febrero de 2022.
La magna muestra cierra un destacado periplo por Europa, luego de ser visitada por más de 60 mil personas en su primera sede, el Museo Linden de Stuttgart, Alemania, y por 52 mil 547 personas en el Museo Etnográfico de Viena, Austria.
Durante la estadía de la exposición en los Países Bajos y gracias a la colaboración entre sus organizadores y la Secretaria de Cultura del Gobierno de México, por medio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se exhibirán 124 piezas arqueológicas y dos reproducciones, pertenecientes a las colecciones del Museo Nacional de Antropología (MNA) y al Museo del Templo Mayor (MTM).
El objetivo de la instalación es brindar un acercamiento a la historia, la vida cotidiana, la ritualidad, los logros culturales y el legado del pueblo venido de la mítica ciudad de Aztlan, contribuyendo también a esclarecer muchos de los estereotipos que existen en torno a prácticas como el sacrificio humano en las sociedades mesoamericanas.
De este modo, el recorrido empieza con un acercamiento a las fuentes arqueológicas y documentales, para luego abordar, mediante apoyos tecnológicos como una proyección especial sobre una copia en 3D de la Piedra del Sol, los mitos de creación y el calendario ritual del pueblo que se autonombraría mexica.
Posteriormente, se analizan los fundamentos económicos de esta sociedad: sus sistemas de guerra, conquista y de tributo. El siguiente módulo se enfoca en la capital del imperio: México-Tenochtitlan, y explica su traza y el simbolismo de su arquitectura.
Por último, Aztecas introduce al visitante en el Recinto Sagrado tenochca, compuesto por una serie de edificios dedicados a sus deidades, entre los que sobresalía el Templo Mayor, consagrado a Huitzilopochtli y a Tláloc.
Relacionadas a las ofrendas, al sacrificio y a la temática de vida y muerte, la mayoría de las piezas exhibidas en Aztecas proceden de las excavaciones arqueológicas realizadas por el Proyecto Templo Mayor (PTM) y el Programa de Arqueología Urbana (PAU); de manera que se trata de los más recientes hallazgos registrados por el INAH en los vestigios de la capital mexica.
Destacan máscaras-cráneo, esculturas en barro de gran formato como la que representa al dios de la muerte, Mictlantecuhtli; finas láminas de oro que simbolizan a la divinidad lunar Coyolxauhqui; caracoles cortados y esgrafiados, cuchillos bifaciales de gran tamaño, copas policromadas, una escultura de atado de años y un cofre de piedra para ofrenda (tepetlacalli), entre otros inestimables objetos.
La exposición fue organizada por los museos Linden y Volkenkunde, con la participación de la directora del Museo de Linden de Stuttgart, Inés de Castro, como jefa de proyecto, junto con los curadores Doris Kurella y Martin Berger. Asimismo, contó con la asesoría científica de los arqueólogos mexicanos Leonardo López Luján, Raúl Barrera Rodríguez y Eduardo Matos Moctezuma.