Las personas migran por cuestiones económicas, para escapar de la violencia familiar o del crimen organizado, pero todas tienen en común la búsqueda de una mejor calidad de vida. Por ello, los gobiernos deben abordar este fenómeno desde un enfoque de responsabilidad compartida, solidaridad con la gente y, sobre todo, de respeto a los derechos humanos, coincidieron especialistas durante el Congreso Internacional “Derecho Internacional y Migrantes en el Continente Americano, Implicaciones Locales, Nacionales y Transnacionales”, organizado por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP.
José Francisco Ávila Caso, defensor de los Derechos Universitarios de la BUAP, en representación del Rector Alfonso Esparza Ortiz, expresó que en ese contexto no se puede responsabilizar a los migrantes y mucho menos criminalizarlos, pues hay que entender que están luchando por su sobrevivencia.
En el Auditorio José María Morelos y Pavón de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Ávila Caso expuso cifras del Portal Global de Datos Migratorios, que demuestran el gran impacto a nivel mundial que tiene la migración y las consecuencias que se observan en las regiones del mundo involucradas.
“En 2007 el número de migrantes internacionales alcanzó los 258 millones en todo el mundo; las mujeres constituyeron el 48 por ciento de estos; además, se estima que hay 36.1 millones de niños migrantes; 4.4 millones de estudiantes internacionales y 150.3 millones de trabajadores migrantes. Aproximadamente, Asia acoge al 31 por ciento de la migración internacional, Europa el 30 por ciento, América el 26 por ciento, África el 10 por ciento y Oceanía el 3 por ciento”, añadió.
Por su parte, Adolfo López Badillo, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla, (CDH-Puebla), señaló que los recientes retos migratorios, visibles en todo el continente americano, han captado la atención de toda la comunidad internacional, sobre todo por el hecho de que muchos de ellos se realizan de manera insegura y poco ordenada, lo que genera altos costos políticos, económicos y sociales.
“Frecuentemente escuchamos del aumento en el número de personas migrantes venezolanas, las caravanas centroamericanas, la migración de personas cubanas, haitianas y africanas, y la situación de los migrantes latinos en Estados Unidos frente a las políticas de endurecimiento de la frontera. Todo ello ha ocasionado que la opinión pública en nuestro país se encuentre hoy más que nunca dividida, llegando a generar muestras de odio y de discriminación”, manifestó.
Al agradecer la presencia de los especialistas, Luis Ochoa Bilbao, director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, manifestó que en la unidad académica se tiene una perspectiva multidisciplinaria que ayuda a explicar en mayor medida temas como la migración.
“En nuestra facultad conviven estudiantes de diversas licenciaturas y posgrados. Por ello construimos conocimientos que explican fenómenos tan complejos como la migración y su impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos, así como en la formulación de normas locales o de regulaciones internacionales”, expuso.
A la inauguración del congreso asistieron también Adriana Sletza Ortega Ramírez, representante del Observatorio Ciudadano sobre Políticas Públicas para Migrantes-Puebla; Celeste González, enlace de la Organización Internacional para las Migraciones en México, (OIM); Claudia Urey, representante en Nueva York de la Universidad Centroamericana de Nicaragua; Jairo Guzmán, presidente de la Mexican Coalition for the Empowerment of Youth and Families inc; y Edgar Corzo Sosa, Quinto Visitador General de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, (CNDH).