La pandemia y su invitación a empezar de nuevo

Las situaciones que irrumpen en la cotidianidad pueden ser aprovechadas como oportunidades de aprendizaje y crecimiento personal si son encausadas adecuadamente.

Nuestra existencia se construye alrededor de estructuras que proveen de seguridad. No obstante, la trampa de las rutinas consiste en que la vida, al volverse estable, puede operar de forma llana y automática.

Esto conduce a un estado de adormecimiento personal donde los pilares vitales no necesitan moverse. En cambio, cuando estas dinámicas se ven trastocadas por agentes externos pueden surgir los estados de crisis.

La crisis sanitaria por la covid ha provocado una ruptura de la cotidianidad que ha afectado a la humanidad en su conjunto, lo que ha obligado a muchas personas a plantear el sentido de su quehacer diario. Algunas de estas reflexiones fueron compartidas por el Mtro. José Leopoldo Castro Fernández, coordinador de la Licenciatura en Psicología en la Ibero Puebla, durante una charla virtual.

En sí mismas, las crisis no son buenas ni malas: son circunstancias de la realidad que están presentes en un momento y un lugar determinados. La ventaja, explicó el catedrático, “es que nos obligan a mirar hacia adentro. Durante la pandemia no hubo personas que se erigieran como gurús: todos tuvimos que buscar recursos que teníamos olvidados”.

Los periodos de crisis también deben ser un aliciente para cambiar las circunstancias interpersonales. Algunas personas han aprovechado el encierro prolongado para pasar tiempo de calidad con sus familias o adquirir conocimientos y habilidades que habían postergado. Lo importante, señaló el experto, es conservar los nuevos saberes y aprovecharlos para sanar las heridas de lo perdido.

En el proceso de vuelta a la cotidianidad puede ocurrir que las ansias por salir y retomar la vida prepandémica lleven a renunciar a los aprendizajes que se han obtenido durante el confinamiento. Castro Fernández de Lara exhortó a recordar la responsabilidad de construir la realidad que se desea vivir: “solo cuando tocamos la parte herida de nuestra personalidad podemos crecer”.

Así, cuando se consolide el tránsito de regreso a lo presencial algunas personas desearán volver al pasado y pretender que la pandemia fue una pesadilla prolongada. Para el Coordinador, esta postura implicaría aceptar que el pasado es el mejor de los presentes posibles. Otras más aprovecharán la tensión acumulada para recuperar todas las experiencias perdidas.

Un tercer grupo, el más introspectivo, optará por consolidar los nuevos aprendizajes intuitivos para establecer nuevas formas de vivir, donde prevalezca el diálogo, la paz y el entendimiento. Este estado ha sido conseguido por muchas personas gracias a la convivencia sin filtros en el ámbito doméstico, donde han sido capaces de conocerse a sí mismas y observar sus reacciones ante diferentes situaciones.

Por ello, insistió en el valor de aprovechar la oportunidad de cambio que propicia un agente externo para el cual nadie estaba preparado. “Antes de que se vuelva a activar la seguridad que limita la creatividad, piensen lo que han podido crear y manténganlo. Esa es la clave para crecer. De otra forma, la pandemia será otra mala experiencia en el recuerdo”, sentenció Leopoldo Castro.

junio 6, 2021 - 7:45 pm

Por: Staff

Educación

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