La política exterior de seguridad de México se percibe como desdibujada y sin prioridades claras, debido a la pobre participación que ha tenido el presidente de México en los foros internacionales.
El Consejo de Seguridad de la ONU es una de las principales entidades y uno de los principales organismos internacionales con los que cuenta la humanidad actualmente y que se encarga de atender problemáticas de quebrantamiento de la paz y de la seguridad internacional.
Siempre ha sido cuestionable la participación de México en el Consejo de Seguridad de la ONU por la fuerte dependencia que tiene nuestro país hacia los Estados Unidos, lo que genera presiones para que México subordine su postura en este Consejo de Seguridad a las directrices que los norteamericanos marcan, señaló Derzu Daniel Ramírez Ortiz, catedrático de la Escuela de Relaciones Internacionales de la UPAEP.
Por otro lado, existe otra postura que argumenta que México debe participar en el Consejo de Seguridad, que influya y desde ahí, nuestro país fomente soluciones constructivas y pacíficas a problemáticas internacionales diversas que tengan que ver con temas de seguridad, aun cuando estas problemáticas, no representan ninguna amenaza para nuestra nación, manifestó Derzu Ramírez.
Dijo que al día de hoy, México enfrenta una serie de problemáticas de seguridad regionales que involucran a varios países de Centroamérica y Sudamérica y que exigen respuestas conjuntas y que representan temáticas que se pueden abordar desde el Consejo de Seguridad de la ONU.
Entre las problemáticas, “el vecindario regional con México se encuentra inmerso en una crisis multidimensional en donde hay problemáticas políticas y de gobernabilidad como es el caso de Venezuela, Nicaragua, Haití, inclusive Cuba; problemas con redes trasnacionales de grupos criminales que existen en la región; problemas como el tráfico de drogas, trata de personas, tráfico ilícito de migrantes, tráfico de armas de fuego, entre otros.
Advirtió que dichos temas no han sido abordados por el gobierno de México en estos momentos, nuestro gobierno parece que ha decidido no insertar dichos temas en las discusiones del Consejo de Seguridad, pero aquí lo preocupante es que al mismo tiempo, México no ofrece un curso de acción alternativo para abordar de forma multilateral esas problemáticas.
Ramírez Ortiz expresó que la política exterior de seguridad de México se percibe como desdibujada y sin prioridades claras, debido a la pobre participación que ha tenido el presidente de México en los foros internacionales.
Indicó que prueba de ello, es el discurso que dio el presidente Andrés Manuel López Obrador en el Consejo de Seguridad de la ONU la semana pasada, discurso que es un reflejo más de esa falta de claridad en la política exterior de seguridad que tiene nuestro país ante el contexto mundial.
Comentó que el discurso como hecho político presentó dos grandes problemas, el primero, que hace referencia a temas de seguridad humana, no tanto a temas de seguridad internacional y que dichas temáticas son abordadas en otras instancias de las naciones unidas; y el segundo, que México no fijó ninguna postura clara para las discusiones que tendrá que presidir como país durante el mes de noviembre dentro del Consejo de Seguridad de la ONU.
En ese sentido, refirió que México al igual que otros países, enfrentan amenazas diversas y a través de la participación del Consejo de Seguridad, nuestra nación puede utilizar a este organismo internacional como un recurso para enfrentar esas amenazas compartidas y que requieren de acciones concertadas y multilaterales.
Recordó que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas cuenta con quince países miembros, cinco de ellos son permanentes, con derecho a veto, estas naciones son Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido y Rusia y además cuenta con diez miembros no permanentes que se van rotando cada dos años y para América Latina como región, le tocan dos lugares.
En esta ocasión le correspondió a México participar como un miembro no permanente dentro del Consejo de Seguridad para el ciclo 2021-2022, en donde es importante señalar que en las primeras siete décadas de existencia de las Naciones Unidas, México había decidido no participar y siempre mantenerse al margen.
Dijo que a partir del año 2000 esta decisión de México de no participar en el Consejo de Seguridad de la ONU, cambió, y en el sexenio de Vicente Fox, se promovió un replanteamiento del papel de nuestro país en las instancias de las Naciones Unidas y a partir de ahí, se comenzó a arraigar la idea en el gobierno mexicano de que México debe jugar un papel más activo en los asuntos globales y que debe buscar ser más influyente en el entorno mundial.