El supermercado Kroger de Yorktown, Virginia, está en un condado donde el uso de la mascarilla puede ser algo ocasional, en el mejor de los casos. Pero durante meses, esta tienda les pidió a sus clientes que se cubrieran la nariz y la boca, y casi todos obedecían.
“A la gente de aquí no le gusta usar cubrebocas”, comentó Janet Wainwright, una persona encargada de cortar la carne en la tienda, “pero muy pocas personas estaban sin él”.
Eso cambió a mediados de mayo después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) les anunció a los estadounidenses vacunados que podían estar sin mascarilla en la mayor parte de los lugares bajo techo. La semana siguiente, la tienda les dijo a sus empleados que ya no podían pedirles a los clientes que se cubrieran el rostro. Así que el uso del cubrebocas se desplomó y la angustia de Wainwright y de otros trabajadores se disparó.
“Nos sentimos presa fácil”, señaló Wainwright, quien calculó que, un domingo reciente, mucho menos de la mitad de los clientes llevaba cubrebocas. “Ahora es la ley de la selva”.
Inquietud y temor
Más de una docena de trabajadores de comercios, hostelería y comida rápida de todo el país entrevistados por The New York Times manifestaron su inquietud de que sus empleadores habían usado las directrices de los CDC para que los cubrebocas fueran opcionales en el caso de los consumidores vacunados. Algunos, como Wainwright, dijeron que ya estaban vacunados, pero que les preocupaba que todavía pudieran enfermarse o contagiar a sus familiares que no lo estaban o que no podían vacunarse. Otros afirmaron que aún no se habían vacunado.
Los especialistas en salud pública señalaron que la personas que ya han completado su programa de vacunación tienen un riesgo muy bajo de desarrollar un COVID-19 grave. Asimismo, las personas vacunadas tienen menos probabilidades de transmitir el virus a otras personas. Durante las últimas semanas, en general, han descendido de manera sustancial los casos y hay una muy buena disponibilidad de vacunas.
Kroger, al igual que todos los empleadores con los que nos comunicamos para escribir este artículo, hizo referencia a las nuevas directrices de los CDC al explicar los cambios con respecto a la política de los cubrebocas. Los CDC no respondieron a nuestra petición de que hicieran comentarios.
The New York Times