La situación de los derechos humanos antes, durante y después de la pandemia

El Anuario de Derechos Humanos del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la Ibero Puebla, en su edición 2021, evidenció las ausencias, resistencias y acciones sobre derechos humanos en el estado.

Violencia de género, luchas sociales, mundo digital y desaparición de personas. Estos ejes fundamentales para los derechos humanos en el mundo tuvieron una actividad significativa durante 2020 y 2021 en Puebla, sobre todo por la llegada de la COVID-19 a México.

Los avances, retrocesos e interrogantes que siguen vigentes en la actualidad fueron abordados en el Anuario de Derechos Humanos 2021 del IDHIE de la Ibero Puebla. Este documento permite reflexionar sobre el proceso de construcción del ahora para imaginar otros mundos posibles, más resilientes, conscientes y compasivos, que respondan a la realidad que atraviesa a la población mexicana y poblana.

Renata Carvajal Bretón, colaboradora del IDHIE, moderó la presentación de un anuario que, en sus palabras, impulsa la difusión y reflexión de conocimientos. “Se hace un espacio en el que podemos compartir el conocimiento, las reflexiones, desde un diálogo horizontal y participativo. Eso es lo que esperamos con esta presentación”, explicó

El diálogo fue enriquecido con la presencia de las autoras de cuatro artículos de este anuario, quienes hablaron del contexto específico que rodeó sus respectivas investigaciones, y cómo las problemáticas que abordaron las interpelan o confrontan, según el caso.

Ana Laura Gamboa Muñoz, responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) del IDHIE, ilustró la lucha para erradicar la violencia contra las mujeres en la digna rabia y constante exigencia de Patricia Becerril, la madre de Zyanya Estefanía Figueroa Becerril, víctima de feminicidio en 2018.

Zyanya llegó a la capital poblana para seguir profesionalizándose como médica pediatra, pero su futuro se vio coartado por un crimen que no se esclarece, y que en primera instancia fue pintado como un suicidio. Ana Gamboa evidenció en su artículo las graves violaciones que se cometen constantemente en casos de feminicidio como el de Zyanya, por parte de quienes deberían garantizar verdad y justicia.

Esas faltas también fueron remarcadas por Yinhue Marcelino Sandoval desde la lucha por memoria, verdad y justicia de los colectivos de familiares de personas desaparecidas. La autora retoma las exigencias del colectivo Regresando a Casa Morelos en su caminar constante, que no solo se dibuja desde la desaparición, sino también desde la solidaridad y el acompañamiento a quienes viven sin saber de sus seres queridos.

La exigencia en las calles ha sido clave para ambos movimientos, y es algo que Tamara Blanca Castillo retomó en su artículo Género y diversidad, que rememora las protestas masivas que se dieron en Puebla durante 2019 y 2021, y cuya principal exigencia fue el alto a la violencia de género dentro de los espacios universitarios, y la justicia para los estudiantes asesinados en Huejotzingo, Puebla.

Esta serie de manifestaciones fueron significativas por sus impactos sociales e históricos, ya que “han ayudado a encaminarnos a ciertas políticas. Una muy importante, y que celebro mucho porque nunca había visto a tantas chicas reunidas apropiándose de un espacio, es la denuncia anónima”; esta modalidad permitió generar protocolos y reglamentos contra la violencia de género.

Todas estas acciones se enmarcan en los derechos económicos, sociales, culturares y ambientales (DESCA), que son necesarios para garantizar una vida digna para todas y todos. Ana Karina Caballero Sosa analizó a profundidad las problemáticas relacionadas con la falta de acceso a estos derechos, que empiezan con el acceso a internet.

Factores como la brecha digital, que limita el acceso de las personas según su edad o ubicación geográfica, o la falta de un equipo adecuado para entrar a internet, limitan de forma significativa el acceso a la red para las y los mexicanos: en 2021, el 47% de la población se encontraba desconectada, lo que coarta el derecho a la educación, a la salud y a la expresión, derechos humanos esenciales.

“Es obligación del Estado prever todas estas situaciones para que realmente sea un derecho humano, y no por la expectativa de querer que toda la tecnología y la inteligencia artificial ya esté presente, sino simple y sencillamente porque es el escalón para llegar a otros derechos como la libertad de expresión, el derecho a la información, y a la salud”, explicó la experta.

julio 31, 2023 - 5:30 pm

Por: Staff

Educación

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