Las instituciones educativas y la sociedad civil en general, deben asumir el rol que le corresponde, exigiendo a los actores políticos que abandonen ese clima de crispación y de radicalización.
Todos los ciudadanos deberían y deben estar conscientes de toda la problemática por la que atraviesa el país, con el clima de inseguridad, con el clima de violencia y el atropello a la integridad y a la vida y propiedades de todas las personas, que, en conjunto, representa uno de los principales problemas que tiene México en estos momentos.
La inseguridad pública no sólo tiene como origen los altos índices de impunidad y la corrupción galopante, si no también está presente esta inseguridad vinculada con la violencia que se vive de manera cotidiana en todas las comunidades en el país, han hecho que muchos actores hagan conciencia y hagan un llamado en la necesidad de construir una cultura de la paz, manifestó Juan Carlos Espina Von Roehrich, catedrático de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la UPAEP.
“La paz, más allá de la ausencia de violencia, es una realidad que debe construirse, trabajar en ella. En las últimas semanas se han registrado acontecimientos que han invitado a los ciudadanos a despertar frente a los acontecimientos tan lamentables que se han presentado; la desaparición de personas; feminicidios; matanzas y la cada vez mayor crueldad y saña que se ven en estos actos, han provocado que algunos actores sociales comiencen a hablar de la necesidad de construir la Paz”, afirmó Juan Carlos Espina.
Refirió que entre estos actores sociales encontramos a la Conferencia del Episcopado Mexicano, representante de la iglesia católica, así como otras iglesias están participando en este llamado cada vez más generalizado para volvernos todos constructores de la Paz, porque esta no llegará con sólo eliminar la impunidad o la corrupción, o conforme se vayan profesionalizando los cuerpos policíacos, hay una raíz más profunda de esta violencia; y es que la violencia, la falta de respeto al otro, la falta de respeto a la ley, va surgiendo desde el entorno más cercano al ser humano, desde la familia, desde las comunidades, desde los barrios y es ahí en donde desde el fondo, se tiene que comenzar a trabajar.
Enfatizó que en la UPAEP se ha asumido ese reto, ese llamado a toda la comunidad universitaria de convertirse en constructores de la Paz.
Espina Von Roehrich dijo que hay un rol que jugar desde la sociedad civil, organismos empresariales, sindicatos, cuerpos intermedios, instituciones educativas, tienen que jugar un papel importante como constructores de la Paz.
Asimismo, expresó que también debe haber una responsabilidad de los actores políticos, particularmente los partidos y las diferentes órdenes de gobierno deben estar también responsabilizadas como constructores de la Paz.
Abundó que una de las principales aportaciones que pueden hacer los actores políticos, llámese gobiernos o partidos en la construcción de la Paz, es que su discurso, su narrativa esté alejada de características de polarización, de radicalización o de exclusión. “Aquí los partidos y los gobiernos tendrían que asumir una mayor responsabilidad”.
Indicó que en la medida en que el discurso político esté cargado de descalificaciones, esté lleno de señalamientos, lleno de acusaciones sin fundamento, este clima de señalamientos derivará en el corto o largo plazo en el fortalecimiento de un ambiente de violencia.
Juan Carlos Espina acotó que es importante tener en claro que en la política no deben existir enemigos, el enemigo es alguien a quien se tiene que eliminar, el enemigo es alguien al que se tiene que aniquilar, el enemigo es alguien a quien hay que nulificar y en un sistema democrático, lo que existen son adversarios, son diferentes opciones políticas con un diferente proyecto, con una agenda diferente pero que deben estar sujetos todos a una norma, estar sujetos a una serie de prácticas y a un clima que fortalezca la Paz.
Señaló que en la situación política actual por la que atraviesa México, el clima de enrarecimiento también se da en estas discusiones políticas, no puede ser que los actores políticos todos los días no sólo en el ámbito federal, hay que ver lo que ocurre al seno de los cabildos, en el seno de las legislaturas locales, en las discusiones ante la opinión pública, cada vez vemos más posiciones inalterables, posiciones radicalizadas, señalamientos sin fundamento y descalificaciones al adversario.
Exhortó a los actores políticos a contribuir a un clima de concordia mediante discursos y pronunciamientos propositivos, constructivos, tomando en cuenta que siempre puede haber crítica, discusión, pero basándonos en el respeto y en el reconocimiento del otro como un actor válido en un ambiente democrático.
Por su parte, a la sociedad civil le toca sumarse al fomento de una cultura de Paz, lo que exige que no sigamos la sociedad, los actores sociales, los cuerpos intermedios contribuyendo al clima de polarización que a veces los discursos políticos generan. Como sociedad civil debemos separarnos de esos discursos de radicalidad y confrontación.
Manifestó que las instituciones educativas y la sociedad civil en general, deben asumir el rol que le corresponde, exigiendo a los actores políticos que abandonen ese clima de crispación y de radicalización. Los actores sociales y las instituciones educativas, tienen que ser factores de presión para que los actores políticos abandonen esos discursos de exclusión y esos discursos que a la larga generan violencia.
Por último, dijo que los actores políticos tienen que asumir un compromiso para deslindarse de estos discursos cada vez más despectivos y cada vez más excluyentes y cada vez más polarizados.