La juventud actual se encuentra ante retos singulares debido a los problemas globales como la violencia, la migración, la corrupción y el cambio climático. En este contexto, ser joven implica asumir responsabilidad para afrontar estos desafíos, lo que requiere tanto un apoyo constante por parte de los adultos como el compromiso de los jóvenes para formarse rigurosamente y adoptar un enfoque crítico y creativo ante las tendencias y desafíos contemporáneos.
Un reto significativo que enfrenta la juventud actual es la llamada «crisis de los veintes», donde los jóvenes sienten una presión social para alcanzar metas y estándares, como seguidores en redes sociales y logros económicos, en una etapa temprana de sus vidas. Este fenómeno, también documentado por varios autores, pone de relieve la necesidad de apoyo por parte de la sociedad y la educación para que los jóvenes puedan enfrentar estas expectativas sin perder su autenticidad y valores, enfatizó Ivonne Estela Martínez Hernández, integrante del Centro de Innovación de Aprendizajes (CENIA-UPAEP).
Agregó, «he tenido el privilegio de trabajar en el campo educativo con jóvenes durante largos años y observado en las distintas generaciones, escuchado también sus miedos sus preocupaciones y también he sido testigo del potencial transformador que tienen los jóvenes esa mirada de futuro esa mirada de querer lograr todos sus metas sus sueños y sobre todo también dentro de ese potencial transformador que tienen he podido encontrar cómo ellos mismos se cuestionan acerca de su papel en este mundo, incluso me tocó escuchar a estudiantes de sexto semestre que me decían que existe ahora la crisis de los veintes…»
Ivonne Martínez destacó que la juventud actual se encuentra ante retos singulares debido a los problemas globales como la violencia, la migración, la corrupción y el cambio climático. En este contexto, ser joven implica asumir responsabilidad para afrontar estos desafíos, lo que requiere tanto un apoyo constante por parte de los adultos como el compromiso de los jóvenes para formarse rigurosamente y adoptar un enfoque crítico y creativo ante las tendencias y desafíos contemporáneos.
Un evento reciente que subraya estos desafíos es la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, donde el Papa Francisco reunió a jóvenes de todo el mundo para discutir y abordar los retos actuales. Según Martínez, los jóvenes presentes en el evento resaltaron cuatro retos fundamentales:
Autenticidad en las redes sociales: En un mundo digital y conectado, los jóvenes enfrentan el desafío de mantener su autenticidad y no ceder ante presiones externas para seguir estándares superficiales.
Compromiso por el cambio: Ante circunstancias difíciles, como la violencia y la incertidumbre en México, los jóvenes deben atreverse a liderar cambios positivos en sus comunidades y en el mundo, a pesar de los miedos.
Desarrollo del razonamiento: La influencia de las redes sociales y las modas puede distraer a los jóvenes de una formación rigurosa basada en el razonamiento y la ciencia, lo cual es esencial para enfrentar los desafíos complejos.
Liderazgo basado en el servicio y la comunidad: Los jóvenes deben esforzarse por ser luz en medio de la oscuridad, desarrollando habilidades de liderazgo que estén al servicio del bien común y trabajando en colaboración con otros.
Enfatizó la importancia de insertarse en la comunidad, contribuir a causas de apoyo social y buscar la preparación y formación continua para abordar los retos actuales y futuros. Además, instó a los jóvenes a encontrar la valentía para trascender el miedo y enfrentar la adversidad con determinación y trabajo constante.
Subrayó que «los jóvenes son el futuro de este mundo el futuro hoy mañana y en estos días siguientes», y anima tanto a la sociedad como a las instituciones educativas a trabajar en conjunto para empoderar y acompañar a los jóvenes en su búsqueda de un futuro más prometedor.
Ivonne Martínez destaca que el papel de los jóvenes en la transformación de la sociedad es un tema complejo. Señala que mientras algunos sectores de la juventud son conscientes de su capacidad para ser agentes de cambio, otros se encuentran en situaciones de vulnerabilidad donde la supervivencia es su prioridad. Los jóvenes que enfrentan dificultades extremas, como la violencia y la migración, pueden carecer de la conciencia de su potencial debido a la lucha constante por superar circunstancias adversas.
Sin embargo, enfatiza que los jóvenes que tienen acceso a la educación y oportunidades deben ser guiados y motivados para ejercer su influencia positiva en la sociedad. Destaca la importancia de que la comunidad adulta brinde confianza a los jóvenes, inspirándolos a liderar cambios significativos. La educación desempeña un papel fundamental en este proceso, ya que prepara a los jóvenes para abordar los retos actuales con razonamiento y discernimiento.