Los últimos días del penúltimo mes del año, ha sido especialmente violentos, con más de 18 ejecuciones en tan solo cuatros días.
Ese es el precio de lo que los poblanos hemos venido sembrando, violencia en todos los lugares y en todos los sentidos, lo cual si se suma a la inexperiencia de las nuevas autoridades municipales y a la incertidumbre en la cual vive la entidad en torno a quién será el próximo gobernador, la mezcla luce sumamente explosiva.
Pero también esta violencia son las consecuencias de la nueva clase política empoderada por el pueblo el pasado 1 de julio, la cual llega con hambre de poder y con increíble revanchismo.