Necesaria, rutina saludable que genere seguridad y reduzca estrés, recomienda la doctora en sociología; además, explica efectos del confinamiento voluntario como estrategia para prevenir el contagio del Covid-19
Ansiedad, estrés, maltrato, presión económica y la estrechez espacial son características y circunstancias del confinamiento voluntario por la emergencia sanitaria de Coronavirus, que pueden disparar la latente o la ya manifiesta violencia que existe en algunas familias, alertó la especialista Elsa Herrera Bautista, psicóloga y doctora en sociología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
En entrevista, la también docente universitaria advirtió que “la imposibilidad de salir de casa y la interrupción de la rutina podrían desencadenar ansiedad o depresión, en personas con tendencia a estos trastornos, especialmente si la medida se prolonga más allá de lo previsto”.
Este nuevo escenario de encierro en nuestras vidas, dijo Elsa Herrera, con una “intensificación de la convivencia ocasionada por el confinamiento puede significar un repunte en los niveles de maltrato”.
Elsa Herrera, quien ha dedicado buena parte de su carrera a colaborar en organizaciones que promueven los derechos de niños, niñas y adolescentes, recordó que de acuerdo con la Encuesta Intercensal (INEGI, 2015), 90 por ciento de los hogares está habitado por familias y sólo 10 por ciento está habitado por personas que viven solas o que no guardan ningún parentesco.
“Las familias son sistemas muy complejos en su estructura y funciones y en México suelen desarrollar dinámicas con algún grado de violencia.
“La Encuesta Nacional de Dinámica de Relaciones en los Hogares revela, por ejemplo, que 6 de cada 10 mujeres casadas o unidas han sido víctimas de alguna forma de violencia.
“Según datos de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), 62 por ciento de los niños y niñas en México han experimentado alguna forma de maltrato”, citó.
Convivencia intensa
De ahí la posibilidad de que crezca la violencia intrafamiliar, dijo Herrera Bautista y describió que “la intensificación de la convivencia ocasionada por el confinamiento, llamado #QuédateEnCasa, puede significar un repunte en los niveles de maltrato”.
Sobre todo, advirtió la también conferencista, “si se combina con factores como la presión económica o la estrechez espacial; no es lo mismo pasar la cuarentena en una casa con jardín, que en una casa de interés social”.
El teletrabajo, que se ha sugerido como estrategia en esta emergencia sanitaria, puede también ser fuente de estrés adicional, pues “muchas personas -especialmente las mujeres- seguramente tendrán dificultades para combinar su vida doméstica con su vida profesional en un mismo espacio”.
La doctora Elsa Herrera advirtió también que “la gran cantidad de información, verdadera y falsa, que circula en Internet puede generar tensión y hasta temores que hagan mella en nuestra salud mental y dificulten nuestras interacciones”.
Las oportunidades
“Es en este contexto que el confinamiento voluntario ante la emergencia por el Covid-19, ese famoso #QuédateEnCasa que se ha convertido tendencia en redes, representa riesgos, pero también retos y oportunidades, y hay antídotos personales y sociales para enfrentarlos.
“Organizar una rutina en la que todos y todas tengan participación. Sin caer en la rigidez, es importante generar acuerdos respecto a las actividades de cada quién y el uso de los espacios y los tiempos. La rutina genera seguridad y la seguridad reduce los niveles de ansiedad y estrés.
“Mantener hábitos saludables. Llevar una dieta balanceada, hacer ejercicio o meditar, levantarse temprano, bañarse todos los días, etcétera, son pequeñas acciones que nos ayudarán a mantener la mente en orden”, concluyó la especialista.
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