De acuerdo con el último Informe de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, nuestro país es considerado origen, tránsito y destino para el delito de trata de personas, y aunque México se ubica en el quinto lugar mundial, las autoridades nacionales no cuentan con diagnósticos focalizados recientes, uno de los retos que enfrenta el Estado Mexicano.
Sobre esta observación iniciaron los trabajos del Segundo Foro Nacional “Trata de personas, un acercamiento a su prevención y análisis situacional”, que tuvo como sede la BUAP, y en el que participaron funcionarios, académicos y representantes de organizaciones civiles
El análisis de temas socialmente sensibles representa una de las tareas prioritarias de la Universidad; por ello, la BUAP se suma a estos esfuerzos y se compromete a retomar los acuerdos que se generen en este ejercicio de análisis, garantizó al inaugurar este foro la Abogada General de la Institución, Rosa Isela Ávalos Méndez.
Edgar Corzo Sosa, quinto Visitador General de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), destacó que el reporte global 2018 de la ONU reveló que en México el 64 por ciento de las víctimas del delito de trata de personas son mujeres.
Lamentó que a pesar de que se sentencian a más tratantes, en los últimos años el número de víctimas no ha disminuido; al contrario, va en aumento, lo que obliga a autoridades y sociedad, incluyendo la academia, a realizar un análisis, además de propuestas y acciones que contribuyan a erradicar este mal que aqueja a millones de personas.
En México, los hogares más violentos
Como parte del análisis, en el primer panel María Ampudia González, consejera del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), destacó que los hogares de México están catalogados a nivel mundial como los más violentos para los niños.
Entre las causas estructurales que ocasionan que los menores sean tan violentados, dijo, está la pobreza, el desempleo, uso y abuso del alcohol y drogas, padres jóvenes, familias con cohabitantes nuevos, falta de supervisión, depresión, desintegración familiar, enfermedades mentales y funcionamiento familiar tóxico.
“Si tenemos a la infancia más violentada en el mundo, la criminalidad que vivimos todos los días en las calles no es una casualidad, sino una consecuencia, porque los niños que fueron abusados o violentados en algún momento crecen y cuando eso sucede se comportarán en la sociedad haciendo lo que les enseñaron”, señaló.
Ampudia González recordó que científicamente los cerebros de los niños de 3 años que sufren violencia crecen casi al tamaño del cerebro de un adulto. Asimismo, el estrés que generan ocasiona la liberación en exceso de glucocorticoides, dañando la parte prefrontal del cerebro y amígdala hipocampo, áreas que regulan las emociones.
“Esto provocará desórdenes en sus movimientos durante toda su vida, es por eso que las alteraciones neurobiológicas explican el maltrato infantil como el precursor más importante de la criminalidad y de la delincuencia en México”.
La consejera de la CNDH refirió que no hemos podido acabar con la pobreza, la desigualdad, además de que la falta de oportunidades y acceso a la escuela, agravan la situación, por eso la propuesta es la prevención y la promoción de sociedades pacíficas, justas e inclusivas, que permitan poner fin problemas como el maltrato y abuso de menores, y por supuesto la trata de personas.
Todas las causales expuestas dan como resultado diferentes formas de violencia contra los menores, tales como explotación laboral ─en nuestro país hay 3.6 millones de niños entre 5 y 17 años expuestos a las peores condiciones laborales─, mendicidad forzada, adopción ilegal, tráfico de órganos y pornografía infantil. Sobre este último punto, la consejera señaló que en 2014 se identificaron 12 mil cuentas por internet para este fin y en 2016 el número ascendió a 16 mil y desde entonces no se han contabilizado.
Otro de los problemas expuestos que derivan de la violencia que se vive y se gesta en los hogares, es la explotación sexual comercial infantil, un delito que aunque difiere de la trata de personas, se encuentra relacionado.
Al respecto, María Ampudia expuso que cada año hay 600 millones de viajeros turísticos en el mundo, de los cuales el 20 por ciento busca sexo. De ese porcentaje, el 3 por ciento concreta actividades pedófilas, lo que equivale a que anualmente más de 3 millones de personas acuden a destinos “turísticos” en busca de sexo con niños.
En cuanto a la esclavitud sexual de menores, Ampudia González refirió que Cancún, Puerto Vallarta, La Rivera Maya, Acapulco, Guadalajara, Tijuana y la Ciudad de México son los estados donde se registra más este delito y que afecta en un promedio a unos 70 mil niños, de los cuales 50 mil son explotados en las zonas fronterizas.
La prevención desde la escuela
Durante su intervención, Emilio Muñoz Berruecos, coordinador del Programa de Derechos Humanos y Género del Centro Fray Julián Garcés, expuso que detrás del delito de la trata de personas se encuentra una normalización hacia la violencia, de ahí la importancia de deconstruir el modelo de violencia tradicional desde edades muy tempranas.
La escuela, desde la etapa preescolar, aseguró, resulta un espacio idóneo para incidir en un cambio cultural que permita desde una nueva interacción de relaciones entre géneros, apelar al respeto y a la no violencia.
Al concluir este foro en el que participaron al menos 10 especialistas del tema, se hizo un llamado para la participación activa de la academia, las organizaciones, la sociedad civil, los organismos nacionales e internacionales y las autoridades en sus diferentes niveles, para impulsar esfuerzos conjuntos no solo para erradicar la trata y explotación, sino también para la persecución del delito y el acceso de las víctimas a la justicia.
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