El escritor, nacido en el año 1946, con su más reciente obra literaria intitulada Historias conversadas, continúa —y no sabemos si concluye— una saga en la cual la hoja en blanco le sirve como estructura que soporta un relato familiar: los recuerdos y cómo es que estos son tramitados por la memoria para ser contados en un libro.
Tras la publicación de Adiós a los padres (2015), novela en donde el oriundo de Chetumal narra gran parte de su historia familiar y, puntualmente, de lo que significó la ausencia de su padre; el también periodista en aquella obra utilizó el género de la novela para rearmar el rompecabezas de su pasado y convertirlo en una ficción entregada al lector.
En cambio, para Historias conversadas recurre a un género literario distinto, compuesto por 15 cuentos, en donde Héctor Aguilar Camín privilegia un elemento central: la conversación, tanto entre sus propios personajes como del mismo autor con el pasado.
Así, la charla se convierte en una máquina del tiempo que al escritor (y a sus personajes también) le devuelve a un pasado que colinda entre la realidad y la ficción, entre el recuerdo y la imaginación, entre lo que fue y aquello que es producto de la creación literaria.
Con una prosa cuidada y sin palabras de más o estridencias literarias, Historias conversadas llega a activar —durante varios momentos de sus 15 relatos— un humor irónico, preciso, que hace figurar como si al leer estuviésemos siendo partícipes de esas conversaciones sostenidas por los personajes del libro editado bajo el sello de Penguin Random House.
A lo largo de los relatos que componen al libro, el lector podrá encontrar una historia dentro de varias historias; y en ellas se mirarán temas como las andanzas de la juventud; la amistad; la familia y sus momentos agrios y dulces; el alcohol; el amor y sus fracasos; así como una memoria que recuerda a un país que seguramente ya no volverá.