Este jueves en Comisión de Desarrollo Urbano, que presidió la regidora Myriam Arabián Couttolenc, se aprobó la reducción de decibeles de 65 a 50 para antros, bares y salones de fiestas, quienes que tendrán que adecuar sus inmuebles a fin de evitar el ruido excesivo que aqueja a vecinos de las zonas donde se ubican.

“El tema es que este nivel de decibeles lo va a pasar cualquier restaurante bar que se ponga, por eso se va tener que hacer el estudio como consecuencia. Se busca catalogar los giros para que no cualquier persona que va a refrendar una licencia tenga que hacerlo, que sean ciertos giros podemos decirlo de alto impacto son los que van a tener que entrar dentro de este programa, no buscamos que cualquier persona que no haces ruido tenga eso”, acotó la regidora y el representante de Desarrollo Urbano.

De acuerdo al Código Reglamentario, se contempla que dichas medidas entrarán en vigor hasta el año 2020, por lo que se busca incluirá la modificación en el capítulo 26 de medio ambiente, el cual se hará efectivo también para quienes tengan negocios en el presente giro y que al refrendar su permiso deberán tramitar su estudio y presentarlo para continuar funcionando.

Abundó que las zonas con más quejas por contaminación de ruido son El Mirador, Anzures en primera instancia; así como Zavaleta, El Barrio de Santiago y Bulevar Hermanos Serdán donde ya se han cerrado lugares por ruido excesivo; por lo que será en el próximo y último cabildo a efectuarse el próximo 5 de octubre para su aprobación.

En entrevista, Arabián Couttolenc acotó que se efectuó una modificación en área residenciales, como es el caso de Anzures, con el objetivo de que los decibeles bajen después de las 10 de la noche con lo que se obliga a quienes trabajan con música alta no tengan más de 50 decibles y si quieren más deberán adecuar sus espacios.