El expresidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva cumple este domingo 74 años de edad, una fecha que le hubiera gustado celebrar con quienes se encuentran en plantón frente a la prisión de Curitiba, y con un trozo de pastel.
Y si bien quien lustró zapatos de niño, trabajó como obrero metalúrgico y luego despachó desde la Presidencia de Brasil, no podrá reunirse con sus seguidores, en su cuenta oficial de Twitter recibió las felicitaciones de personalidades políticas e intelectuales.
Mi esposa y yo «queremos verlo libre para bien de Brasil y del mundo», señala en un tuit de 18 segundos de duración el lingüista estadunidense Noam Chomsky.
En la misma red social, el ex vicepresidente argentino Daniel Scioli le asegura: «Hoy Argentina te obsequiará el triunfo de la esperanza de justicia social para nuestros pueblos», en referencia a que este domingo se celebran comicios presidenciales en ese país.
En otro video el músico Chico Buarque se suma a las felicitaciones, al igual que el exalcalde de Sao Paolo, Fernando Haddad, quien afirma que ha faltado la justicia pero llegará.
Otro tuit es el de la activista y académica estadunidense Angela Davis, profesora emérita de la Universidad de California, quien le anuncia que se suma al movimiento mundial de solidaridad «Lula Livre».
Este domingo «Lula Livre» realiza actividades en todo Brasil que incluyen recolección de firmas para exigir la liberación del ex mandatario, eventos políticos así como actividades artísticas como las de «samba livre».
En varios de los eventos se incluye pastel, el cual Lula solo podrá saborear hasta el próximo martes, cuando regresen de su periodo vacacional sus guardias de la Policía Federal brasileña.
«Estoy triste de estar aquí, pero feliz de tener tantos amigos afuera», dice Lula en entrevista con la publicación Brasil de Fato, a la cual revela que además de biografías, en Curitiba lee sobre la esclavitud de la población negra en Brasil.
“Una cosa que me interesa mucho es leer sobre la esclavitud. Estoy aprendiendo porque si Brasil es como es, es porque todavía hay prejuicios», dice.
En la entrevista revela que se levanta a las seis de la mañana, se duerme a la una de la madrugada, escucha cantos gregorianos y prepara su propio café. «No creo que haya nadie que haga un café mejor que yo», afirma.
«Estoy triste de estar aquí, pero feliz de tener tantos amigos afuera”, y como regalo de cumpleaños, pide que «la gente no destruya el país», pues «no hay presidente elegido para destruir el país».