Londres, 9 Abr (Quién).- Liam Payne se ha sincerado en numerosas ocasiones sobre aquellas cosas que echa de menos, así como sobre esas experiencias que preferiría no repetir, en relación con sus casi seis años de pertenencia a la banda juvenil más exitosa de la década pasada, One Direction.
Pero lo cierto es que hasta ahora el artista, de 27 años, no se había pronunciado con tanta contundencia acerca de su deseo de haberse «divertido» más durante una época irrepetible de su juventud, en la que a su juicio habría pecado de ser demasiado «responsable» y «serio» en comparación con sus compañeros de banda.
«Creo que me habría relajado más y me habría divertido más. Pienso que siempre fui un niño demasiado serio, uno de esos niños que parecen demasiado adultos. Era como un hombre atrapado en el cuerpo de un chavalito», ha asegurado el intérprete británico, padre del pequeño Bear junto a su expareja Cheryl Tweedy, en conversación con la revista Glamour.
En su opinión, Liam se atribuyó demasiadas responsabilidades e incluso el peso de tener que ejercer como el «maduro» del grupo cuando, en realidad, ni siquiera había entrado en la veintena, por lo que ahora siente que sus excompañeros -Harry Styles, Niall Horan, Louis Tomlinson y Zayn Malik- aprovecharon mucho mejor ese período vital al enfocarlo desde la experimentación, la espontaneidad y, por supuesto, las ganas de pasarlo bien sin pensar demasiado en las consecuencias.
«Ahora pienso que yo tenía un trabajo diferente al de los demás, tenía que ser el responsable y el maduro… Y al final acabó siendo todo un poco aburrido. Debería, al menos al principio, haber sido un poco más ‘rock and roll’, tirar platos por la ventana y cosas así. Eso sí, la experiencia me enseñó la importancia de la perseverancia, que el esfuerzo acabará prevaleciendo siempre, aunque las cosas no salgan siempre de acuerdo con los planes», dijo durante su entrevista.