Llaman a seguir el rumbo marcado por Toledo

El artista plástico Francisco Toledo, nacido el 17 de julio de 1940 en Juchitán y fallecido anoche en su casa de Oaxaca —a consecuencia de un cáncer de pulmón que en los últimos meses le era tratado en la capital del país—, “siempre tuvo en sus manos el poder de transformar la realidad”, asegura la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto.

—Transformó realidades no solamente en el Istmo, en Oaxaca o en México, sino en el mundo, y ese ejemplo es el que hay que seguir, por ser uno de los artistas más importantes, congruentes y socialmente responsables que ha tenido este país—, explica con una lágrima indiscreta, a punto de ser derramada.

Los recuerdos se suceden en su memoria, se agolpan y de entre ellos surge uno que en su calidad de funcionaria federal llama poderosamente su atención. De vestido negro, largo, de confección tradicional indígena y accesorios en plata que crean un contraste sobrio para la ocasión, aclara la voz para compartir:

—El año pasado, apenas unas horas después de las elecciones para el cambio de Poder Ejecutivo en México, me llamó por teléfono para anunciarme su renuncia a la beca que el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) le otorgaba como creador emérito. La donó a los jóvenes creadores de Oaxaca; ese es Francisco Toledo.

Para Frausto Guerrero, el artista siempre maravilla con su mirada que transforma la naturaleza y cualquier material que explora con enorme rigor técnico. Consecuentemente, las personas que tuvieron el privilegio de trabajar con él, también tuvieron un maestro muy exigente a la hora de imprimir un grabado, manejar vidrio o tratar la cerámica. Evocando la imagen que tiene al verlo en su taller, añade convencida:

—Él metía las manos hasta el fondo en cada trabajo, en cada proyecto y en cada pieza. A pesar de su grandeza como artista y como ser humano, nunca se elevó del piso pero sí nos hizo volar con sus creaciones, prueba de ello es que todos, alguna vez al menos, volteamos al cielo a ver un papalote de Toledo.

En el conjunto de su obra, recalca la funcionaria, las expresiones eróticas están presentes, en mayor o menor medida, de una forma o de otra, siempre con la mayor naturalidad. Y lo mismo dibuja un murciélago que un chapulín o un elefante, desafiando, a la vez, al espectador. En voz de Alejandra Frausto Guerrero, Francisco Toledo tiene espíritu de nagual. Así desgrana la idea:

—Toledo cambia la realidad y desafía, por tener el espíritu de un nagual, es decir, nunca envejece, siempre nos exige, siempre está vigente y vital, preguntándolo y cuestionándolo todo. Es un artista en toda la extensión de la palabra porque el arte está hecho para transformar la realidad, desafiarla y cuestionarla.

Ese artista plástico creó espacios como el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), donde sabe que hay talento que necesita cause para desarrollarse, y de esa manera buscó mantener vivas las lenguas originarias de Oaxaca, preservar los materiales para divulgar el zapoteco, y nunca dejó de pelear por el derecho a la cultura de todos los oaxaqueños.

“Ahora nos toca conservar su legado, honrarle su memoria y seguir el rumbo que marcó como creador y como ciudadano ejemplar”, expone.

Deja ver que ya se prepara un homenaje nacional y que todos los homenajes ofrecidos en su honor serán pocos. De hecho, a las 13:00 horas de este viernes se rendirá tributo al artista, en el Teatro Macedonio Alcalá de esta ciudad, y a las 17:00 horas, la familia Toledo se reunirá en el IAGO para recordar a quien quizá sea el pariente más connotado del clan Toledo.

septiembre 6, 2019 - 1:20 pm

Por: Staff

Cultura

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