México llevó ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas el caso de niños migrantes separados de sus familias en la frontera sur de Estados Unidos, e hizo un llamado a los mecanismos del organismo a vigilar de cerca la situación para que corroboren de primera mano las condiciones en las que se encuentran los menores.
«Son inaceptables las políticas que permiten la separación de los niños de sus padres en la frontera, ya que no se ajustan a los estándares internacionales de derechos humanos ni son consistentes con el principio del interés superior del niño, por lo que deben ser abandonadas», urgió ante el Pleno del Consejo Socorro Flores Liera, Embajadora de México ante organismos internacionales.
Durante el diálogo con el Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, la funcionaria señaló que es indispensable evitar que las políticas migratorias nacionales alienten la discriminación, la xenofobia y la polarización de las sociedades, así como el abuso hacia personas en situación de vulnerabilidad, expresamente los niños, niñas y adolescentes migrantes.
«Hacemos un llamado a los procedimientos especiales de este Consejo cuyo mandato está relacionado con los derechos de los migrantes, de los niños, de las mujeres, con la discriminación racial, las detenciones arbitrarias y la tortura a seguir de cerca los desarrollos legislativos y de políticas relativas a la migración», señaló la diplomática en el marco de la sesión número 38 del Consejo de Derechos Humanos que tiene lugar en Ginebra.
Se espera que relatores especiales de la ONU soliciten una visita a Estados Unidos o extiendan sus recomendaciones urgentes al Gobierno de Donald Trump, teniendo presente el interés superior del niño.
Asimismo, se espera que organismos como Unicef o la Organización Internacional para Migración (OIM) tomen una postura más proactiva ante el castigo al que son sometidos cientos de niños que son separados de los brazos de sus padres, quienes son privados de su libertad por su situación migratoria.
Flores Liera aclaró que el Gobierno mexicano no pone en duda el derecho de cada país de definir su política migratoria, pero insistió en que todos los Estados, incluido México, deben respetar los derechos humanos y la dignidad de las personas, incluyendo los migrantes, con independencia de su condición migratoria.
En la misma sesión del Consejo, el representante de Estados Unidos no abordó el tema de la separación de las familias en la frontera.
La diplomática afirmó que el Estado mexicano no puede aceptar que se criminalice la migración, un fenómeno natural que ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad.
«De la misma forma, rechazamos iniciativas que buscan criminalizar la ayuda que se otorga a migrantes y sus familias», agregó.
Al abrir la sesión del Consejo, el Alto Comisionado para Derechos Humanos urgió a Estados Unidos a poner alto a la separación forzada de las familias lo que calificó de inconcebible y de ser un abuso contra los menores aprobado por el Gobierno.
Asimismo, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, consideró que la medida no es humana.
El número exacto de niños separados de sus familias no se conoce, el Gobierno de Washington admitió a dos mil niños en centros de detención, pero no se especifica si el número incluye a los mil 500 niños que se consideraban desaparecidos debido a que sus padres desconocen su paradero.
Según otros informes de organizaciones humanitarias, desde que el Gobierno de Trump implementó su política de cero tolerancia a la migración a principios de abril, un promedio diario de 45 niños han sido separados de sus familias.
Con información de Reforma