Arqueólogos en Pompeya, la ciudad que quedó enterrada en una erupción volcánica en el año 79 después de Cristo, presentaron el extraordinario hallazgo de una tienda de comida y bebidas, adornada con frescos, que sería el equivalente antiguo de un local de comida callejera para las personas de la época.
Conocido como «termopolium», que en latín significa mostrador de bebidas calientes, la tienda fue descubierta en la zona Regio V del parque arqueológico -que aún no está abierto al público- y se inauguró el sábado.
Se encontraron rastros de comida de casi 2.000 años en frascos de terracota, que contenían alimentos calientes, colocados por el administrador en un mostrador con agujeros circulares.
El frente del mostrador estaba decorado con frescos de colores brillantes, algunos de los cuales representaban animales que formaban parte de los ingredientes del menú, como un pollo y dos patos colgados boca abajo.
«Es un hallazgo extraordinario. Es la primera vez que excavamos un termopolium completo», dijo Massimo Ossana, director del parque arqueológico de Pompeya.
Los arqueólogos también encontraron un cuenco de bronce decorado para beber conocido como patera, tinajas de cerámica utilizadas para cocinar guisos y sopas, frascos de vino y ánforas.
En Pompeya, ubicado a 23 kilómetros al sureste de Nápoles, vivían unas 13.000 personas cuando se produjo la erupción del Vesubio. La ciudad quedó enterrada bajo cenizas, piedra pómez y polvo tras soportar la fuerza de una erupción equivalente a muchas bombas atómicas.
«Nuestros análisis preliminares muestran que las cifras dibujadas en el frente del mostrador, representan, al menos en parte, la comida y bebida que se vendió allí», señaló Valeria Amoretti, antropóloga del sitio.
Amoretti dijo que se encontraron rastros de carne de cerdo, pescado, caracoles y ternera en los contenedores, un descubrimiento que calificó como «testimonio de la gran variedad de productos animales utilizados para preparar platos».
Se han descubierto alrededor de dos tercios de la antigua ciudad de 66 hectáreas (165 acres). Las ruinas no fueron encontradas sino hasta el siglo XVI y las excavaciones organizadas comenzaron alrededor de 1750.