Los otrora Lobos BUAP están a nada de regresar a Puebla, de donde salieron en 2019 para convertirse en los Bravos de Ciudad Juárez.
Fuentes con conocimiento del tema aseguran que la Universidad Autónoma de Puebla tiene lista una demanda mercantil que permitirá, en un par de meses como máximo, retornar la franquicia a la capital poblana, incluso con posibilidades de lograrlo para jugar nuevamente en el estadio de su Ciudad Universitaria en el Torneo de Apertura 2021.
El proceso legal es, en específico, contra Mario Mendivil Blanco, un promotor que firmó un contrato para representar y administrar el equipo de fútbol profesional, pero que, según los términos del documento firmado con la universidad que encabeza Alfonso Esparza Ortiz, carecía de las facultades para venderlo.
La historia se remonta a mediados de 2018 cuando, tras perder la categoría, la escuadra universitaria tuvo que desembolsar 120 millones de pesos para permanecer en la primera división; una cantidad fue financiada por Mario Mendivil y su firma Garden Teas de México S.A. de C.V.
El empresario obtuvo como recompensa la posibilidad de encabezar plenamente la operación del equipo, incluidos los procesos de negociación para la adquisición de jugadores y de los contratos de patrocinio. Prácticamente se convirtió en un integrante más del exclusivo club de dueños de la LigaMX.
En la cláusula 2.1 del convenio mercantil que se oficializó el 13 de diciembre de 2018, al cual tuvo acceso esta columna, la BUAP otorgó al administrador la posibilidad de recibir ofertas de compra del equipo hasta por una cantidad mínima de 90 millones de pesos, aunque no de aceptarlas y procesarlas sin la autorización de los verdaderos propietarios.
En los hechos, Mendivil halló una oferta en el norte del país por 380 millones de pesos, la cual procesó sin consultar a nadie y ofreció únicamente a la Universidad poblana aquellos 90 millones establecidos como límite mínimo para la transacción.
Con esto ignoró también la cláusula que lo obligaba a pagar 180 millones adicionales a la institución educativa por el manejo del equipo, depositada ésta en el convenio del 30 de abril de 2018 e identificada como “Pago BUAP”.
Ya encarrilado, y ante los intentos de los universitarios para recuperar su escuadra, el empresario entabló una denuncia contra el rector Esparza en la Fiscalía General del Estado, por un supuesto desvío de recursos públicos hacia el equipo de fútbol.
En medio de una confrontación política contra el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa, la Universidad ya ha demostrado que los 400 millones de pesos invertidos durante seis años en el cuadro licántropo provienen del capital propio generado por la institución, autorizados por el Consejo Universitario para la promoción deportiva y ajenos a las partidas públicas provenientes del estado y de la Federación.
Así las cosas, se abre el camino para el regreso de la jauría a tierras poblanas, incluso en contra de los deseos del propio gobernador Barbosa, quien veía en el escándalo deportivo una oportunidad para instalar en la Rectoría a un personaje que le ofreciera total sumisión.
En la esquina perdedora, también estaría el gobierno de Chihuahua, de Javier Corral, pues la dueña de los Bravos, Alejandra de la Vega Arizpe, es ni más ni menos que la secretaria de Desarrollo Económico del estado.
Por Mario Maldonado/ El Universal
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