Han sido muy divulgadas las bondades físicas y emocionales de la práctica sexual. Según el sitio web de Flo, plataforma digital dedicada a la salud de la mujer, el sexo -además de proporcionarnos placer- nos brinda bienestar integral, nos ayuda a reducir el estrés, refuerza el sistema inmune, regula la presión arterial y mejora la calidad del sueño, entre muchos otros beneficios.
Estas son razones de sobra para optimizar su práctica y la mejor manera de hacerlo es, según la ciencia, practicando ejercicio físico. Así lo confirma un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine, cuyos resultados confirman los de investigaciones previas que muestran un aumento significativo en la excitación sexual fisiológica con el ejercicio.
Según la escritora, Nicole Davis, entrenadora personal y motivadora, quien cita esta investigación en un artículo de Healthline, nuestro cuerpo realiza funciones similares a las que tendría cuando hace ejercicio para sentirse excitado. “Es decir, mientras sudas en la cama, tu cuerpo activa su frecuencia cardíaca, presión y flujo sanguíneo, frecuencia respiratoria y músculos. Tal como lo haría durante una sesión de gimnasio”.
De manera que una rutina de entrenamiento dedicada a aumentar nuestro rendimiento y disfrute sexual tiene total sentido. Si bien el sexo es un ejercicio en sí mismo, con virtudes conocidas en cuanto a la pérdida de calorías, entrenarnos para hacerlo mejor luce como una fuente segura de fortalecimiento físico y emocional.
Qué parte del cuerpo debemos entrenar
Una vida activa, hábitos saludables, una alimentación equilibrada y el ejercicio físico moderado favorecen todos nuestros procesos, pero dependiendo de nuestros objetivos, podemos acentuar algunos puntos para lograr nuevos objetivos. Si el gol es mejorar nuestra vida sexual, los músculos del suelo pélvico son fundamentales y para fortalecerlos, los ejercicios de Kegel son los adecuados.
De hecho, un estudio del año 2015 contenido en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, concluyó que el efecto de estos ejercicios de fortalecimiento del piso pélvico para aumentar la autoeficacia sexual de las mujeres, es tan determinante que los planificadores de salud deberían incluir este entrenamiento para mujeres en el período posparto.
“Esta investigación podría ser un paso para capacitar y alentar a las mujeres a hacer ejercicios de Kegel durante el embarazo, con el fin de prevenir y reducir los problemas causados por la relajación de los músculos del piso pélvico después del parto vaginal y mejorar la autoeficacia sexual de las mujeres”.
La médico ginecólogo Sofía Herrera por su parte, coincide y considera que estos ejercicios son fundamentales para la salud íntima, tanto de hombres como de mujeres.
Para realizarlos eficientemente recomienda practicarlos cuatro veces por semana, por lo menos una vez al día, Para principiantes recomienda hacerlos acostados en una superficie firme con las piernas dobladas; las caderas neutras, ni hacia adelante, ni hacia atrás, abdomen y glúteos relajados.
Por otra parte, Davis en su artículo destaca los beneficios de ejercitar otras áreas del cuerpo, por lo que ofrece una rutina de entrenamiento que contribuye, practicándola con constancia y disciplina a mejorar nuestra actuación bajo las sábanas.
Esta rutina incluye una plancha de 20 segundos, 15 repeticiones de glute bridges; entre 10 y 15 sentadillas con salto; 10 repeticiones de Kegel, sosteniéndolos entre 5 y 10 segundos; entre 10 y 15 repeticiones de push ups y la pigeon pose sostenida por un minuto de cada lado. Se repite la rutina hasta completar 20 o 30 minutos, o también puede repetirse tres veces, e incluso hacer la rutina antes de tener relaciones.
En todo caso, hay que destacar que no existe una rutina exclusiva para el objetivo de mejorar nuestras jornadas sexuales, pero sí está claro que practicar actividad física ayuda: optimiza nuestra frecuencia cardíaca, amplia nuestra capacidad respiratoria, fortalece nuestras estructura y, en definitiva, todo ello es útil para el buen sexo.
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