Los presidenciables de la 4T y el arte de vivir en campaña

El partido en el poder prueba motores, previo a la carrera presidencial. La oposición, por su parte, apuesta al desgaste del contrincante en lo que repasa sus raquíticas opciones para competir.

El dicho popular versa: “Para salir en la foto no hay que moverse”. En las filas de Morena, este aforismo se interpretó a la inversa. Múltiples personalidades, bautizadas con el mote de ‘corcholatas’, empezaron sus actos de precampaña presidencial incluso antes de que Andrés Manuel López Obrador llegara al ecuador de su mandato. Hoy, sus aspiraciones son transparentes.

Roberto Alonso Muñoz, coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Ibero Puebla, ofrece un análisis de los cuatro perfiles favoritos para tomar la estafeta de López Obrador. Cada uno, a su manera, intenta ganar simpatías al interior del partido y posicionarse más allá de las fronteras de sus respectivos cargos.

Claudia Sheinbaum lidera la precontienda gracias a su cercanía con el presidente. Sin embargo, su posicionamiento mediático a nivel nacional es modesto. “No es de extrañar que aparezcan por todo el país bardas pintadas con su silueta o con la etiqueta #EsClaudia; [es ella] quien le podría dar continuidad a este proyecto”, explica el académico.

A la jefa de Gobierno de la Ciudad de México le siguen Adán Augusto López, secretario de Gobernación, y el canciller Marcelo Ebrad Casaubón. Ambos perfiles comparten un currículum amplio y altos niveles de aceptación, así como un distanciamiento de sus respectivas funciones sustantivas, especialmente por parte del exjefe de gobierno de la capital del país. Ricardo Monreal, líder de Morena en el Senado, se aferra a la contienda en la cuarta posición.

Del otro lado, la oposición realiza experimentos de alianza y articulación de agendas, mientras encuentra al perfil indicado para llegar a las boletas. Alonso Muñoz considera esta estrategia como una actitud responsable, al apegarse a los tiempos electorales.

Caso contrario ha ocurrido desde el partido en el poder, que ha hecho del Instituto Nacional Electoral (INE) parte de su cartera de adversarios. “Se trata de una autoridad electoral que ha sido hostilizada desde el propio poder presidencial, justamente para tratar de debilitar sus mecanismos de fiscalización de este tipo de prácticas, que son contrarias a lo que la legislación establece”, expone.

Y continúa: “Se trataba de un partido distinto, de un una plataforma política que buscaba trascender la partidocracia que conocimos en las últimas décadas. Ahora está repitiendo los mismos patrones”. Situación similar ocurrió en Puebla, cuando diferentes perfiles de la esfera legislativa apuntaban a suceder al fallecido gobernador Miguel Barbosa Huerta.

Roberto Alonso considera que los simpatizantes de la 4T cerrarán filas a favor del perfil que finalmente llegue a las urnas, tanto para preservar el liderazgo de López Obrador como para evitar un ostracismo político. Ricardo Monreal, que ha amagado con abandonar el proyecto, finalmente decidió continuar por estos motivos.

La contrastante cautela de la oposición demuestra que todavía sopesan las mejores opciones para hacer frente a Morena en 2024. Para ello, se necesita de una candidatura que pueda entrar en sintonía con una sociedad civil, que se ha movilizado para defender instituciones como el INE.

Aun así, el académico de la Ibero Puebla no contempla un escenario en el que el partido morenista pierda la elección presidencial. “Dudo mucho que [la oposición] vaya a encontrar la vía adecuada; si por vía adecuada estamos diciendo alguien que pueda hacerle frente a la candidatura de Sheinbaum, de Ebrad o del propio Adán Augusto […]. Si existiera ya estaría ahí”.

Ante la falta de perfiles con músculo político, la oposición ha optado por nutrirse del desgaste de la reputación morenista con situaciones como los múltiples incidentes en el metro de la Ciudad de México. En todo caso, los adversarios políticos de la 4T ya piensan en proyectos a mediano plazo posteriores al 2024, como obtener una buena representación en el Congreso y recuperar bastiones a nivel estatal.

El proceso de las campañas precoces, aclara Alonso Muñoz, son malas noticias para los problemas estructurales del país como la inestabilidad económica y la inseguridad. “Invertimos mucho tiempo y energía en quién queremos que nos gobierne”, lo que abona a la erosión de la democracia electoral.

febrero 7, 2023 - 12:45 pm

Por: Staff

Política

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