Manchester United es el General Electric del futbol.
Ambos son gigantes famosos, acostumbrados a dominar sus respectivos campos, que disfrutaron de su apogeo en la década de los noventa. En Alex Ferguson y Jack Welch respectivamente, tuvieron líderes dominantes que establecieron un estándar casi imposible de seguir (incluso aunque haya preguntas sobre lo que dejaron a sus desafortunados sucesores). Y en los últimos años, ambos tienen un historial de mala asignación de capital que los ha llevado a obtener resultados nefastos frente a sus rivales.
Donde el Manchester ha gastado cientos de millones de libras en los últimos ocho años, después de comprar jugadores como el mediocampista francés Paul Pogba y el atacante belga Romelu Lukaku, GE realizó una ola de gastos que incluyó la adquisición del negocio de generación de energía de Alstom por 12 mil 400 millones de euros (13 mil 800 millones de dólares). Todo el valor de ese acuerdo se depreció finalmente.
Cuando Jeff Immelt asumió el cargo de director ejecutivo de GE en 2001, la compañía era la más grande en el índice S&P 500. Durante su mandato de 16 años, gastó cerca de 200 mil millones de dólares comprando empresas. Sin embargo, los accionistas disfrutaron de retornos anuales de apenas 0.5 por ciento. En el mismo período, el S&P 500 tenía un rendimiento promedio de 7.4 por ciento al año.
El caso de Manchester United es muy parecido. Después de ganar 12 títulos de la Premier League inglesa en 20 años, el club ha ganado solo un campeonato desde su salida a bolsa en 2012. Gastó 740 millones de libras netas (965 millones de dólares) hasta junio de 2019 en compras de nuevos jugadores. En el mismo período, su encarnizado rival Liverpool gastó menos de la mitad de ese monto, pero se coronó campeón de la Champions League en 2019 y mantiene una amplia ventaja para quedarse con la Premier League esta temporada.
Los fanáticos del futbol discutirán todo el día que los propietarios de sus clubes invierten poco en el equipo para obtener efectivo del club. Manchester United es propiedad de la familia estadounidense Glazer y los cantos de ‘Glazers Out’ se escuchan a menudo en el estadio Old Trafford del equipo. Los fanáticos los acusan de aprovecharse del club y quedarse con las ganancias de la salida a bolsa.
La historia para los inversionistas es igual de sombría: Desde la salida a bolsa, Manchester United ha compensado un 5.8 por ciento anual. La Juventus de Italia, el Borussia Dortmund de Alemania y el Ajax de los Países Bajos, todos cotizados en bolsa, tienen un rendimiento promedio de 22 por ciento en el mismo período.
Además de la ignominia, la firma de consultoría Deloitte espera que los ingresos del Manchester United, que ha desafiado durante mucho tiempo al Real Madrid y al Barcelona de España por el título del equipo de futbol más valioso del mundo, caigan hasta 11 por ciento en 2020, ya que el no clasificar a la Champions League de la UEFA perjudica las ventas. Esto podría permitir que sus rivales nacionales Manchester City y Liverpool lo superen, al punto de derribar a los Diablos Rojos del primer puesto en Inglaterra por primera vez desde que Deloitte inició su informe Football Money League hace 23 años.
El problema no es que el Manchester United haya escatimado en la inversión de los jugadores, las cifras muestran que no, al menos en los últimos años, pero ha invertido mal. Un punto de comparación útil es la Juventus, que ocupa una posición similar en Italia, después de ganar más campeonatos italianos, conocidos como ‘Scudettos’, que cualquier otro equipo.
Después de que el club con sede en Turín, dirigido por la misma familia Agnelli que controla Fiat Chrysler, vendió a Pogba al Manchester United por 89 millones de libras, reinvirtió las ganancias en una serie de jugadores que posteriormente llevaron al equipo a la final de la Champions League, la competición de clubes más importante de Europa.
En los 12 meses posteriores a la salida de Pogba, el precio de las acciones de la Juventus subió 141 por ciento, aunque es cierto que el repunte partió de un punto muy bajo.
Desde que el equipo italiano firmó a Cristiano Ronaldo, cinco veces ganador del Balón de Oro de la FIFA al mejor jugador del mundo, por 100 millones de euros en 2018, los aumentos de las acciones han agregado casi 800 millones de euros a su capitalización de mercado. Es un muy buen retorno de la inversión, independientemente de la manera en que juegue Ronaldo.
La noticia reconfortante para el Manchester United es que difiere de GE en un aspecto clave: sus problemas son más fáciles de resolver. En aviación, generación de energía y equipos de petróleo y gas, GE fabrica productos para mercados que enfrentan un futuro extremadamente incierto. El gigante de Manchester solo necesita invertir su capital de manera más hábil. La mejor forma de hacerlo es mejorar su estrategia de contrataciones a largo plazo, y para eso necesitará estructuras de gestión más efectivas. Ed Woodward, vicepresidente ejecutivo del club, es el hombre en la línea de fuego para los fanáticos que están cada vez más furiosos. Immelt, sin duda, se compadecería.
Fuente: Bloomberg