Más de un millón de personas salió a marchar este viernes en Chile, en lo que muchos medios locales han calificado lo movilización más grande desde el regreso de la democracia al país.
Desde temprano comenzaron a congregarse manifestantes en la Plaza Italia y en calles aledañas, según reportan el portal El Mostrador.
De acuerdo con la Intendencia Metropolitana, quien citó datos de los policías, más de 820 mil personas se habían reunido en la zona, pero estimaciones no oficiales apuntan números más altos.
El movimiento de este viernes, cuando se cumple una semana desde que iniciaron las protestas contra la desigualdad que han dejado 19 muertos, detonadas por el alza a la tarifa del metro, fue convocada como la «Marcha más grande de Chile» y tuvo como cita la Plaza Italia.
Reportes de la Intendencia indicaban que la movilización se realizaba de manera pacífica.
Los participantes cargaban banderas del país y letreros con consignas contra el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, en protesta por la situación de la nación y la respuesta oficial.
«Chile despertó» y «No estamos en guerra», en referencia a declaraciones de Piñera en que aseguraba esta situación para el país, se podían leer en las pancartas.
La intendenta –gobernadora– Karla Rubilar, informó en Twitter que había más de un millón de personas congregadas aunque más gente llegaba a la zona y calles aledañas.
«Aquí está marchando todo Chile, son diferentes dolores, con diferentes tristezas, pero con mucha esperanza», declaró.
En la capital chilena se observaban adultos mayores, jóvenes, padres con sus hijos, estudiantes, profesionales y obreros.
Los manifestantes expresan demandas de mejores salarios, jubilaciones y educación expresadas por una masa sin voceros ni organización aparente.
Según El Mostrador, la convocatoria tiene tres exigencias: que las Fuerzas Armadas salgan de las calles, retirar del Congreso leyes que vayan contra el pueblo y convocar una asamblea constituyente para realizar una nueva Constitución.
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El detonante del descontento fue el alza al boleto del Metro, que pasó de 800 a 830 pesos chilenos. Manifestantes destruyeron y quemaron estaciones del Subterráneo, así como trenes enteros, por lo que Piñera decretó el estado de emergencia.
En declaraciones de los días siguientes, el Mandatario cargó contra los manifestantes y dijo que el país se encontraba en guerra.
Después dio un mensaje pidiendo perdón a los chilenos por no haber visto su malestar y anunció una agenda social con aumentos a ingresos, la cual no calmó las protestas.