Para Marimar Vega es importante que en la actualidad los programas aborden temáticas que rompan con los tabús y estereotipos sobre el sexo y la mujer.

La actriz comentó que series como El juego de las llaves toca un tema muy actual, en relación con las parejas y la culpa. “Vivimos en una sociedad llena de juicios y prejuicios sobre la sexualidad, donde la mujer es ampliamente señalada.

“Nos da miedo hablar de sexo y más miedo pensar que la mujer pueda tener deseos de experimentar”, apuntó Vega, quien señaló que en México aún hace falta mucha educación sobre la sexualidad.

“Desde pequeños deberíamos tener una educación en cuanto al tema, lo que nos permitiría ver con otros ojos estas historias que son parte de la realidad. Además, sabríamos también lo que se busca y quiere en una relación”, añadió.

La intérprete destacó que esta serie va más allá de un grupo de jóvenes que intercambian parejas, “es una historia diferente porque quita muchos tabús”.

“Nuestra sociedad está llena de miedos y eso no puede ser, tenemos que aprender a respetar y saber que vivimos en un planeta de diversidad en todos los sentidos”.

Aseguró que tiene una mentalidad abierta en cuanto al tema, por la educación que recibió en su casa, donde sus padres predicaron con el ejemplo y la enseñaron a pensar en lo que deseaba.

Sin embargo, reconoció que la sociedad machista juega un papel importante, ya que “sentir culpa es parte de ello y todos nos llenamos de patrones y categorizamos, aunque seamos muy liberales.

“En este país vivimos así todas las mujeres, llenas de estereotipos a seguir para no ser juzgadas. Nos hace falta aprender a respetar”, apuntó la hija del también actor Gonzalo Vega, fallecido en 2016.

Por otra parte, Vega se ríe de las críticas sobre su relación con el actor Horacio Pancheri, y aseguró que ellos son los únicos que deben decidir.

Comentó que no le disgusta hablar del tema y mucho menos tratará de esconder su noviazgo con el actor y modelo argentino, “estamos felices y eso es lo que importa.

Marimar Vega inició su carrera en 2009 con la cinta Amor, dolor y viceversa, pero fue la película Daniel y Ana la que la llevó a disfrutar de reconocimiento en el Festival Internacional de Cine de Cannes, donde fue exhibida.