Antonio Gali Fayad y Rafael Moreno Valle se conocieron durante unas vacaciones decembrinas en el año 2005 en un exclusivo fraccionamiento de departamentos en el paradisiaco puerto de Acapulco.
Tony venía de haber apoyado económicamente la campaña de Mario Marín a la gubernatura de Puebla, pero había sido hecho a un lado por el grupo compacto del hombre nacido en Nativitas Cuatempan, junta auxiliar de Coyotepec, en el corazón de la mixteca poblana.
El grupo compacto del entonces gobernador de Puebla, integrado por Valentín Meneses, Mario Montero, Javier García Ramírez y Jorge Mendoza, había cerrado filas para evitar que algún “advenedizo” se pudiera colar dentro del “primer círculo” del mandatario.
Después de quedar fuera de la administración, Gali buscó por varios medios recuperar lo que había “invertido” en la campaña, tocó varias puertas, pero fue ignorado; incluso, maltratado.
Gali, siendo joven, había sido directivo de los estudios América, durante la administración de José López Portillo, su hermana Margarita era la titular de la en ese entonces, Comisión de Radio Televisión y Cinematografía (RTC), ahí se conocieron y se hicieron grandes amigos, tan es así que la hermana del presidente le regaló un Rolex de oro, al entonces joven Antonio y más tarde asistió a su boda con Dinorah.
Con el cambio de administración, Gali trabajó algunos meses bajo el mando del nuevo director de la Comisión, Jesús Hernández Torres, el hombre fuerte del entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz, quien más tarde sería gobernador de Puebla.
Tony regresó a Puebla y comenzó a trabajar en sus negocios, más tarde cuando Bartlett recibió como premio de consolación la gubernatura de Puebla, Gali fue designado director del Instituto de Asistencia Pública y luego subsecretario de la SCT, donde trabajó al mando de Sergio Martínez Taboada, el otro subsecretario era David Villa Issa, mejor conocido como el “cuñadito”.
El joven funcionario como casi todos dentro del gabinete de Bartlett se la jugó a favor del entonces secretario de Finanzas, José Luis Flores Hernández, razón por la cual, como ocurrió con casi todos los bartlistas, fue exiliado por el ganador de la contienda interna, Melquiades Morales Flores, quien se impuso, junto con su grupo, el 24 de mayo.
Sin oportunidades en Puebla, Tony se refugió en el gobierno federal y fue cuando entonces resultó designado por primera vez, delegado del SAT en Puebla y desde ahí apoyó la campaña de Marín a la gubernatura, recibiendo como premio, la ingratitud.
En ese diciembre del 2005, Rafael Moreno Valle venía de haber perdido la postulación del PRI a la gubernatura de Puebla, a manos precisamente de Marín.
Rafael había terminado por declinar a favor de Marín y se sumó a su campaña, para frenar al “delfín” del melquiadismo, Germán Sierra Sánchez.
En el restaurante La Conjura, propiedad de Jesús Manuel Hernández, Moreno Valle se había reunido con Marín para pactar la suma del morenovallismo a su campaña, a cambio, el entonces diputado federal, recibiría una diputación plurinominal local, la promesa de convertirse en el líder de la futura legislatura y otra promesa de encabezar la fórmula del PRI al Senado de la República en el 2006.
Lo primero si se había cumplido, Marín ganó fácilmente la elección celebrada en noviembre del 2004 y el 1 de febrero del 2005 se convirtió en gobernador de Puebla, Moreno Valle ya era líder del Congreso local y había establecido una alianza con el entonces secretario de Gobernación, Javier López Zavala, quien lo defendía ante los constantes ataques del equipo compacto de Marín, quienes azuzaban al mandatario para confrontarse con el entonces legislador.
Aquella tarde-noche de diciembre, ya cerca de la navidad, los matrimonios Moreno-Alonso y Gali-López se encontraron sobre la alberca de ese exclusivo lugar y nunca pensaron que iban a unir sus vidas por cerca de 13 años.
Ambos tenían cuentas pendientes con Marín, Gali no había recuperado su inversión, Moreno Valle ya tenía la seguridad de que Marín no le iba a cumplir la palabra de ponerlo en el primer lugar en la fórmula priista al Senado de la República, la empatía entre estos dos personajes fue inmediata.
El 14 de febrero del 2006 estallaba el escándalo político, hasta ese momento, más importante en la historia de Puebla.
El periódico La Jornada amanecía en su edición de ese día con una nota de ocho “bomba”, el diario publicaba una conversación telefónica entre el gobernador de Puebla y el empresario textilero, Kamel Nacif Borge, el “rey de la mezclilla”, quien le pedía a Marín encarcelar a la periodista Lydia Cacho, la cual había sido detenida el 16 de diciembre del 2005 en Cancún, Quintana Roo y trasladada a Puebla en automóvil un viaje de 18 horas.
Esta “bomba política” cimbró completamente al marinismo y cambió diametralmente la historia de Puebla, este acontecimiento, solo es comparable a la muerte del propio Rafael, años más tarde.
Ya desde el 6 de enero del 2006, Moreno Valle me había confiado durante la fiesta de cumpleaños del diputado local, Raymundo Atanasio Luna, realizada en Soltepec, que estaba pensando abandonar las filas del PRI, porque estaba seguro que Marín no iba a cumplir con su palabra de darle el primer lugar en la fórmula del PRI al Senado de la República.
Rafael me comentó que había platicado con Elba (Esther Gordillo), a quien había conocido en el 2003, cuando se estrenó como diputado federal y se había ganado su confianza. La maestra lo había invitado a apoyar la campaña del panista Felipe Calderón a la Presidencia de la República.
La maestra había rotó con el PRI y principalmente con su presidente nacional, Roberto Madrazo, quien la había relevado de la coordinación de la bancada de diputados federales del tricolor, precisamente durante una reunión plenaria previa al inicio de sesiones del 2004 celebrada en Puebla, la rebelión había estado encabezada por el mexiquense, Emilio Chuayfett Chemor y secundada por el poblano, José Alarcón Hernández.
Rafael, que era el presidente del Comité de Administración de la Cámara de Diputados, se mantuvo leal a la Gordillo y esa amistad le reditúo más tarde en “jugosos” dividendos, la maestra fue fundamental para que pudiera convertirse en gobernador de Puebla.
El 5 de marzo del 2006, en pleno escándalo y cisma provocado por el Lydiagate, Moreno Valle renuncia al PRI y se suma a las filas de Acción Nacional, con él, también se van del tricolor los “elbistas”, Leticia Jasso Valencia, Hugo Alejo Domínguez, Guillermo Arechiga Santamaría, Jesús Huerta Carrera y Cupertino Alejo, quienes alegan en su renuncia al entonces “partidazo”, que no pueden ser cómplices de Marín.
Meses más tarde, Rafael se convierte en candidato del PAN al Senado de la República, Moreno Valle desplaza en el primer lugar de la fórmula al empresario hotelero, Ángel Alonso Díaz Caneja, quien “amablemente” cedió su lugar al expriista a cambio de ir por la vía plurinominal por el estado de Hidalgo. Por supuesto, en todo esto Elba Esther Gordillo tuvo mucho que ver, ella le pidió directamente a Calderón, ese lugar para su protegido.
A la par, Tony Gali organiza una cena en su casa a favor del entonces candidato del PAN a la presidencia de la República, Felipe Calderón, lo cual se convierte en todo un escándalo.
A la cena asiste por supuesto el matrimonio Moreno Valle-Martha Erika Alonso y se da el “pase de charola” a favor del panista, ante la ira del marinismo, el cual aún afronta las consecuencias del Lydiagate. Para Gali y Moreno Valle ya no hay marcha atrás.
El domingo 2 de julio del 2006, Rafael Moreno Valle derrotó a Melquiades Morales Flores en la lucha por el Senado de la República y Felipe Calderón se convierte en presidente de México, derrotando a Andrés Manuel López Obrador.
Tony Gali, quien había fungido como coordinador de la campaña financiera en Puebla de Calderón, solidifica su relación de amistad con Rafael Moreno Valle, en ruta ahora estaba casa Puebla, sus caminos se habían encontrado.
En el próximo capítulo, Casa Puebla, los agravios y la ruptura.
Ricardo Morales Sánchez
Fotos: Es Imagen / José Castañares / Archivo
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