En Madrid, España puso a la Argentina en su lugar. Un equipo sin entendimiento ni sincronía. Uno más, del montón. A menos de tres meses para el Mundial de Rusia, su condición de favorito al título es una obra de ficción que ni siquiera se sostiene con la presencia de Lionel Messi.
En Berlín, Alemania hizo cerciorar la solidez de Brasil. Firme atrás, vital por las bandas, dinámico por el centro y punzante en las llegadas de sus delanteros. Y quedó confirmado que no depende tanto de Neymar como ocurre con Messi y Argentina.
Es la conclusión que se extrae de una tanda de amistosos en los que los dos grandes de Sudamérica no contaron con sus principales estrellas debido a lesiones.
Mientras la humillante derrota 6-1 ante España dejaba a Argentina en estado de alarma, Brasil se daba el gusto de romperle el invicto de 22 partidos al actual campeón del mundo con un solvente triunfo 1-0.
Bajo la dirección de Tite, Brasil ya no es el equipo anárquico que se derrumbó en su propio Mundial al caer 7-1 ante Alemania en Semifinales.
«Mantenemos el patrón, independiente de los jugadores que estén», se ufanó Paulinho, el volante que es compañero de Messi en el Barcelona, al término del partido en el Estadio Olímpico de Berlín.
En el Wanda Metropolitano de Madrid, Messi apuró su salida del palco antes que se pitase el final.
Algunos vieron como una oportunidad su ausencia por una lesión muscular, sobre todo después de la victoria sobre Italia 2-0. Pero sobredimensionaron el rendimiento colectivo ante un rival que ni siquiera jugará el Mundial.
España, que en los últimos 20 años hizo todo bien a nivel de selecciones, a diferencia de los argentinos, expuso todas las falencias y contradicciones del breve ciclo de Jorge Sampaoli.
«El rival nos abofeteó, hay que hacerse cargo, seguir trabajando y dar la cara», dijo Sampaoli.
Cuando asumió, el estratega apuntaba a una línea de tres defensores. Pero encaró estos dos compromisos con línea de cuatro. En sus inicios a mediados de 2017, impulsó una moderada renovación, con Mauro Icardi y Paulo Dybala. Ambos al parecer verán el mundial por televisión.
Tras esta gira, el mediocampo no tiene dueños. Lucas Biglia era titular inamovible hasta la debacle en Madrid. Igual de inciertos son los laterales. Tampoco hay certezas en el arco mientras Sergio Romero siga en la banca del Manchester United.
Extraña paradoja, Messi y Sergio Agüero, que no jugaron ni un minuto, tienen crédito abierto, al igual que Ángel Di María, sólo titular ante Italia.
Gonzalo Higuaín es un caso para diván. Tras tomarse un respiro del seleccionado, regresó para esta gira. Toda la contundencia que lo destaca en la Juventus se esfuma con la casaca argentina. Ante España tuvo un mano a mano imposible de errar, pero le pegó mal. Una imagen repetida de las finales fallidas ante Alemania en Mundial 2014 y ante Chile, en los duelos por Copa América 2015 y 2016.