Más que una violación, es la destrucción del alma, confesó, en entrevista con Efekto 10, Joaquín Aguilar Méndez, quien fue víctima de pederastia por parte del cura Nicolás Aguilar, en la región de Tehuacán.
Al paso del tiempo, ese ataque le sirvió como fortaleza y abrió su camino, ahora como abogado defensor de los Derechos Humanos, donde ataca el problema, detectando hasta 527 casos como el suyo en México.
En este sentido, Aguilar Méndez relató que el cura Nicolás Aguilar abusó sexualmente de él cuando tenía tan solo 13 años, mientras se celebraba una misa, y él era monaguillo de la iglesia, por lo que desde entonces ha tenido que permanecer en terapia psicológica.
Asimismo, contó que el Nicolás Aguilar se hizo amigo de la familia, la cual frecuentó al entonces niño desde que tenía 9 años, para abusar de él cuatro años después, cuenta Joaquín.
Por lo que dijo que él, dejo de asistir a la iglesia donde se encontraba Nicolás Aguilar, y este incluso fue a buscarlo a la escuela que se encontraba a tres calles del templo, para pedirle que regresara como monaguillo.
“Estos casos son muy graves, porque te matan el alma, porque nos enseñan desde pequeños que Dios habla a través del sacerdote. Cuando un sacerdote abusa de ti, significa que Dios está abusando de ti. Así lo ve un niño, cuesta trabajo salir de esto, porque te destruye en moral y principios”.
Comentó que del 2006 a la fecha, Aguilar Méndez ha recibido unas 500 denuncias, de las cuales 98 por ciento son casos que jurídicamente ya prescribieron, debido a que a las víctimas de pederastia les es difícil hablar de los abusos.
La mayor parte de los abusos se cometen a niños de entre 9 y 12 años de edad. Nicolás Aguilar, por ejemplo, es señalado de violar entre 90 y 120 niños de entre cinco y 13 años en México y Los Ángeles California, Estados Unidos.
La violación fue posible gracias a lo que se le llama “tráfico de pederastas”, es decir, el cambio de una diócesis a otra que efectúa la Iglesia Católica cuando se entera de que hay un sacerdote pederasta.
Nicolás Aguilar pudo burlar a las justicia porque en México lo encubrió en ese entonces el obispo de Tehuacán, Norberto Rivera Carrera y en Estados Unidos, el cardenal Roger Mahony, denuncia.
“En tan sólo nueve meses abusó de 26 niños. De regreso a México, el padre Nicolás abusó sexualmente de 60 niños más, residentes de distintas comunidades de Puebla”.
En contra de Norberto Rivera existen denuncias por encubrimiento, como la de Valentina Mendoza, madre de tres hijos, presuntas víctimas de Aguilar en Los Ángeles, California.
En Estados Unidos, el 18 de junio de 2009, Joaquín González Rodríguez, de 32 años interpuso una demanda en contra de Nicolás Aguilar por abuso sexual en 1987.
La justicia estadounidense le permitió utilizar el seudónimo de John Doe “quien aún se encuentra sufriendo de gran dolor mental y físico, shock, desasosiego emocional, manifestaciones físicas, vergüenza, pérdida de autoestima, deshonra, humillación e incapacidad para disfrutar de la vida; se ha visto impedido de realizar con plenitud sus actividades diarias y ha incurrido y seguirá incurriendo en gastos para tratamiento médico, psicológico, terapias y asesoría”.
John declaró que cuando fue abusado, conocía al sacerdote desde hace seis meses y que iba a la Iglesia para estudiar el catecismo. En su demanda la víctima acusa al cardenal Roger Mahony, arzobispo de Los Ángeles, California de complicidad.
Una corte federal de Los Ángeles cerró el caso en 2012 y el abogado de John pidió al juez responsable aplazar el caso hasta 2013, pero la solicitud fue rechazada.
Las víctimas de los sacerdotes pederastas en México relatan la pérdida de evidencias por parte de la justicia civil y el ocultamiento de información, en total impunidad, por parte de la Iglesia Católica. ¡Justicia!, es su demanda al Papa Francisco I.
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