Morelia, 21 Oct (La Crónica de Hoy).- La gran migración artística cubana de los años cincuenta fue retratada a través de la mirada del actor y director Matt Dillon con su documental El gran Fellove, el cual se presentará en el marco de la vigésimo octava edición del Festival Internacional de Cine de Morelia en su versión híbrida.
La vida del icónico cantante y compositor cubano Francisco Fellove Valdés – mejor conocido como el El gran Fellove – es narrada a través de un profundo documental que busca rememorar la escena artística en México, a mediados del siglo pasado, con la avanzada musical cubana de la época, mientras se rescata el talento de una figura que fue diluyéndose gracias a la propia evolución de la música en el mundo.
Con una destacada participación en el Festival de Cine de San Sebastián 2020, el largometraje documental dirigido por el actor de Wild Things (1998) nos entrega un mensaje de enfrentamientos generacionales en la escena musical, todo a través de la filmación de los procesos creativos durante la creación de un disco que rescatará el talento de un artista cuya perseverancia por encontrar la cima del éxito se mantuvo hasta sus últimos días.
En conferencia, Matt compartió los orígenes del proyecto, así como su pasión por la música afrocubana y el jazz, de los cuales se detonó una inquietud insaciable por crear un homenaje a dicho género, así como al propio Fellove:
“Todo comienza con la empatía hacía la música cubana que compartía con Joey Altruda; fui yo quien le presentó el trabajo de Fellove, logrando que su curiosidad creciera al grado de planear una reunión con este cantante para, posteriormente, crear un disco con esta gran figura de los años cincuenta” contó el director.
Las figuras enigmáticas con las que ha trabajado el músico Joey Altruda encuentran una similitud con Fellove, llevándolo a una interesante reflexión respecto a la colaboración artística que logró con el protagonista del documental, finalizando con la grabación de un disco próximo a estrenarse:
“Suelo trabajar con personas que poseen un sonido particular, algo que poseía Fellove, es decir, una calidad única; cuando escuchas su música, de inmediato lo reconoces, sin importar el género en el que se desenvuelva”, comentó el compositor californiano.
El filme nos traslada, de igual manera, a los años noventa, década en la cual se realizó la grabación del último trabajo musical de Fellove – junto a Joey Altrude – un momento en el que la escena musical del género anteriormente mencionado aún tenía exponentes como Buena Vista Social Club, agregando al trabajo del director una nueva perspectiva:
“En ese momento la pasamos de maravilla, el hecho de encontrarse con una arraigada cultura musical en México, pasada de generación en generación, sin importar el contexto de las personas, fue algo para destacar”, resaltó Joey Altruda.
“A pesar de las distancias generacionales, podemos encontrar algunas similitudes de los músicos jóvenes del documental con Fellove; sin embargo, a él no le interesaba recordar el pasado, sino que él buscaba constantemente una evolución en su carrera, pensando siempre en su futuro”, agregó Dillon respecto al momento que vivía Fellove en los años noventa.
Uno de los productores de la cinta, Carlos Sosa, destacó el trabajo de Matt Dillon a lo largo de los ocho años en los que el proyecto se desarrolló, destacando la humildad y compromiso que este tuvo para perseguir la realización de una historia que siempre le interesó contar.
El éxito de Dillon como actor le ha llevado a un reconocimiento mundial, sin embargo, la experiencia en su labor como cineasta lo ha enfrentado a retos muy particulares y que terminan por enriquecer su experiencia detrás de cámaras:
“Si algo aprendí de este proyecto es que me interesan los documentales sobre la vida de las personas, dejando de lado los objetos y los eventos, y anteponiendo las emociones por encima de la información; mientras más conectado estés con los personajes de tu película, podrás lograr, con mayor facilidad, que el público conecte mejor con tu trabajo. Tal vez lo más complejo de la cinta fue el hecho de no trabajar con un guion o un esquema de trabajo (en comparación con una ficción) haciendo todo más impredecible”, dijo el cineasta acerca del aprendizaje personal posterior a la finalización del documental.
Dillon complementó su experiencia con la información respecto al disco grabado durante la filmación del documental, así como el retraso de su estreno a lo largo de los años:
“En aquella época la industria discográfica se encontraba en una coyuntura extraña, con la aparición de Napster y la propia evolución del negocio de la música, lo cual nos llevó a retrasar cada vez más la salida de ese material discográfico; sin embargo, nunca perdí el interés en que el público lo conociera. Con la llegada de la edad de oro de los documentales, me permitió retomar el proyecto y, en conjunto, traer de vuelta ese proyecto musical que realizamos con el gran Fellove”, finalizó el director.
El documental será una de los 90 títulos participantes en la última edición del Festival de cine más importante de nuestro país, abriendo la posibilidad a que más audiencia pueda disfrutarlo con su opción en línea.