Nueva York, 2 Oct (Quién).- Luego de vivir por más de seis años en la Gran Manzana, ciudad en la que se formó como cantante, actor y bailarín, donde nada se le ha dado fácil pero día a día y año con año ha ido consolidando su carrera en el teatro musical, ahora, por fin, Mauricio Martínez cumplirá un sueño y dejará huella con su voz en Nueva York. Y es que durante los shows titulados 5’11, Based in New York , que ofrecerá los días 5 y 6 de octubre en el escenario del Studio 54 (ahora conocido como 54 Below), artista mexicano de 45 años grabará un disco en vivo con las canciones que siempre quiso cantar y que muchas de las cuales ahora forman parte de su repertorio, por ser parte de las obras en las que ya ha actuado dentro y fuera de Broadway.

En ese lugar, donde el propio Mauricio reconoce que asiste el que considera uno de los públicos más exigentes del mundo, el cantante originario de Monterrey ha ido haciéndose de un nombre, ha compartido experiencias de vida y profesionales con colegas y amigos como Jaime Camil y Bianca Marroquín y se ha codeado con leyendas como Emilio y Gloria Estefan a quienes conoció al protagonizar On Your Feet , el musical inspirado en la exitosa carrera de los fundadores de Miami Sound Machine . Sin embargo, más allá de los escenarios, de los sets de televisión, de sus aspiraciones ahora concretadas de convertirse en una figura en Broadway, a Mauricio Martínez podemos reconocerlo también por su lado humano. Por la forma en que ha hecho de su voz un instrumento que, además de servirle para transmitir su arte, lo ha colocado como un ciudadano, una persona que habla, que señala, que difiere, que exige y que, por sobre todas las cosas, no acepta un ‘No’ ni el silencio como opciones cuando sabe que hay algo que decir. De esta forma, en distintas etapas de su vida, alzó la voz para hacer visible que es un hombre gay, para hablar de las batallas que le ha ganado al cáncer, para cuestionar la realidad que vive nuestro país y para denunciar que en el ya de por sí difícil camino que enfrentan los artistas por hacer carrera, fue víctima de acoso por parte de Toño Berumen, un manejador de talentos que quiso sobrepasarse con Mauricio y que se topó con pared.

Resumido de esta forma, pareciera que todos esos episodios sucedieron de un día para otro y ahora se volvieron meras anécdotas, pero no. El propio cantante señala que tanto para hacer escuchar su voz en los escenarios como en la vida diaria ha tenido un camino complicado. “No es fácil. Tienes que ser muy valiente para ser así de entrón y de transparente. Yo me di cuenta hace unos años”, dice Mauricio Martínez en entrevista exclusiva para Quién. “Creo que cada vez que le ganaba al cáncer, cada vez que le he ganado al cáncer, tocando madera para que no regrese, de pronto sí me preguntaba, había una pregunta existencial, siempre adentro de mi ser, que decía: ‘¿Qué hago aquí? ¿Por qué no me he ido?’”, señala con franqueza. “Para algo sigo aquí y no debe ser nada más para cantar y estar en el escenario y hacer musicales y novelas y verse guapo en las alfombras rojas. ¡No! He ido descubriendo que entre más transparente, más feliz eres”. En este sentido, Mauricio tiene claro que debe gran parte de su empuje, de su vocación, de su honestidad y del carácter que tiene a su mamá. “Lo digo y hasta me da nostalgia y también risa, pero bonita: Cada vez me parezco más a mi mamá. Soy muy parecido a mi mamá porque, al fin norteña, de carácter fuerte, pero muy simpática, dice las cosas como son y siempre ha sido así y me da mucho gusto reconocerme en ella o reconocer a ella en mí”, asegura. “Eso es algo muy lindo que le agradezco a mi madre, que al final del día ella es, en gran parte la responsable de que yo sea hoy artista”. El cantante recuerda que fue ella quien le ponía los videocasetes de Hello Dolly , La novicia rebelde y Vaselina sin saber, cuando tenía cuatro o cinco años, que esas películas en su mayoría estaban basadas en obras de comedia musical. “Puestas musicales que se montaron en un lugar llamado Broadway, que estaba en Nueva York. Yo, ni por aquí (lo imaginaba). Entonces, parecerme a la mujer que me dio la vida y que aparte me abrió los ojos ante la posibilidad de ser artista y me dio su sensibilidad –ella es pintora– pues se siente muy lindo”, afirma. Al no tener la paternidad entre sus planes, Mauricio Martínez busca que sea su ética profesional y su honestidad lo que quede como su legado. “Lo vivo y así lo celebro. Yo no soy papá, no creo serlo, la verdad no es algo que ya esté dentro de mis planes, pero el legado que uno piensa dejar siempre debe de ser algo positivo, que te recuerden. Cuando ya no esté aquí, quiero que me recuerden por ser valiente y por cantar lindo y por cumplir los sueños, pero también por ser valiente, por ser resiliente, por no dejarme, por no callarme”, enfatiza.

Su siguiente paso, su siguiente sueño, es grabar su primer disco en vivo en el emblemático espacio del Studio 54 , en Nueva York, con un espectáculo en el que interpretará algunas de las canciones que más lo han marcado en su vida y en su trayectoria y con el que busca, tal vez, presentarse en México. “No es cantar por cantar, no es un concierto pop. Es un concierto teatral. Siempre hay un hilo conductor, siempre hay una historia. Se inclina también hacia el humor, eso le gusta mucho al público de acá, que es un público exigente; el público neoyorkino es de los más exigentes del mundo porque están acostumbrados a ver a los mejores en todos lados, en la ópera, en el ballet, en Broadway, en todo. Acá está la excelencia en todo”, explica sobre el proyecto que tituló 5’11, Based in New York , y que hace referencia a la forma en la que los actores se presentan a sí mismos en las audiciones, mencionando su estatura y lugar de residencia. “En este show, no soy un personaje. Me convierto a lo mejor en el personaje, mientras canto la canción. Sí, soy Jesucristo durante tres o cuatro minutos, luego soy Don Quijote de La Mancha, luego soy Tony Manero, luego Che, luego Emilio Estefan, luego el Fantasma de la Ópera. Así voy hilando los personajes con los que he soñado siempre y soy yo, platico las historias, por qué estoy cantando las canciones, hay un porqué siempre y todas las canciones son escenas, tienen un principio, un clímax y un final”, dice. De cuando era un niño que se vestía todos los días como El Principito , con unas botas vaqueras y una casaca, al adulto que ensayaba en Florida El Hombre de la Mancha , también con unas botas vaqueras, una casaca y un palo de escoba que después se convertiría en una lanza, han pasado muchas cosas para Mauricio Martínez , pero con cada nueva experiencia, con cada nuevo personaje y cada nuevo proyecto ha reafirmado que se encuentra en el camino correcto. “De eso se trata la vida, somos artistas. De entrada, somos sensibles por naturaleza, pero esos momentos (porque es una carrera hermosa pero también es muy dura y es solitaria y hay momentos duros; es una carrera y es una vida que no es fácil), esos momentos son los que me nutren y me hacen decir que estoy en el camino correcto”, explica el cantante. “Ahí volteo para arriba y digo: Gracias, porque sigo aquí, haciendo lo que más amo, que es estar en un escenario, contando historias y usando mi voz”.