El mandatario de Cuba, Miguel Díaz-Canel, hizo un llamado a la democratización de las Naciones Unidas para poder responder de manera efectiva a las necesidades y aspiraciones de todos los pueblos.
“El anhelado derecho de la humanidad a vivir en paz y seguridad, con justicia y libertad, base de la unión de las naciones, es constantemente amenazado. Más de 1,9 billones de dólares se dilapidan hoy en una insensata carrera armamentista sustentada en la política agresiva y guerrerista del imperialismo, cuyo máximo exponente es el actual gobierno de Estados Unidos, responsable del 38% del gasto militar global”, expresó durante el primer día del debate general de alto nivel.
Díaz-Canel, recordó las palabras de Fidel Castro: “Médicos y no bombas”, sosteniendo que ésta es la divisa de su país.
“Salvar vidas y compartir lo que somos y tenemos, al precio de cualquier sacrificio, es lo que brindamos al mundo desde las Naciones Unidas, a la que sólo pedimos un cambio a tono con la gravedad del momento”, dijo.
El mandatario denunció “un régimen marcadamente agresivo y moralmente corrupto que desprecia y ataca al multilateralismo” en Estados Unidos.
“Emplea el chantaje financiero en su relación con las agencias del sistema de Naciones Unidas y con una prepotencia nunca antes vista se retira de la Organización Mundial de la Salud, de la UNESCO y del Consejo de Derechos Humanos. Paradójicamente, el país que aloja a la sede de la ONU también se aparta de tratados internacionales fundamentales, como el Acuerdo de París sobre cambio climático”, subrayó.
La crisis del Covid-19 y el neoliberalismo
Díaz-Canel aseguró que las secuelas del Covid-19 van más allá del impacto sanitario y que la crisis multidimensional que se ha desatado es “claramente el profundo error de las políticas deshumanizadas impuestas a ultranza por la dictadura del mercado”.
“A diferencia del excluyente neoliberalismo, que separa y desecha a millones de seres humanos, condenándolos a sobrevivir con las sobras del banquete del 1% más rico, el virus de la Covid-19 no discrimina entre unos y otros, pero sus devastadores impactos económicos y sociales serán letales entre los más vulnerables, los de menos ingresos, los mismos en el mundo subdesarrollado que en los bolsones de pobreza de las grandes urbes industrializadas”, expresó.