Una banda de viento formó parte del cortejo fúnebre que acompañaba el féretro con los restos de Melissa, quien murió tras el ataque armado contra los asistentes a un palenque en Zinapécuaro, Michoacán.
La joven madre de familia fue velada en Araró, su pueblo natal; en la parroquia le oficiaron misa de cuerpo presente y luego la llevaron a su última morada este jueves por la tarde.
Melissa, quien laboraba en una bodega de fruta en California, Estados Unidos, vino a México para bautizar a sus dos hijos y presenciar esa misma ceremonia católica para su hermana Arleth, quien se debate entre la vida y la muerte producto del atentado ocurrido el 27 de marzo pasado.
Araró es un poblado turístico ubicado a 60 kilómetros de Morelia; cercano a los límites con Guanajuato y también muy próximo al rancho El Paraíso, donde el pasado domingo fueron masacrados 17 hombres y tres mujeres.
«Nosotros las conocemos siempre que venían aquí andaban; prácticamente nosotros fuimos con ellas a la escuela, con Melissa; de lo que les pasó sí lo sentimos mucho, estamos con la familia y pues sí no se vale que hayan matado pues a inocentes y que nos están llevando a todos entre los pies», comentó Iraís Colín Sandoval, comerciante de la zona.
Melissa, tenía 36 años y cuatro hijos; Arleth, cuenta con 16 años de edad. Ambas nacieron en México, pero adquirieron la ciudadanía estadounidense.
Excelsior