En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se llevó a cabo el cierre de la jornada de actividades #NiUnaMás, la cual constó de una serie de actos académicos, artísticos, culturales y sociales que involucraron a la Comunidad Universitaria en el contexto de violencia de género.
Durante la clausura, alumnas de los Consejos Estudiantiles de Representación de Licenciatura, así como acreedoras de la Beca Pedro Arrupe, S.J., dieron lectura a un manifiesto con énfasis en la presencia de agresores en espacios que deberían ser considerados “seguros”. Se denunció que los crímenes contra la población femenina son sistemáticos, por lo que deben ser atendidos como tal. “¿De qué sirven todas las cifras si no nos dejamos afectar por ellas?”, se cuestionó.
El alumnado propuso cuatro líneas de acción correspondientes a urgencias manifestadas en el ecosistema universitario: 1) construcción de masculinidades menos violentas; 2) incentivo de protección y sororidad entre mujeres; 3) protocolos para prevenir la violencia de género en la Ibero Puebla y en todas las instituciones educativas; y 4) la implementación de estrategias de acción por parte del Estado.
Posteriormente, Galilea Cariño Cepeda, responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, S.J. (IDHIE), compartió el posicionamiento oficial de dicha instancia, el cual llama a la acción inmediata para erradicar y atender la violencia contra las mujeres en el estado de Puebla.
Tras el pase de lista de las 73 mujeres víctimas de feminicidio en Puebla en lo que va del 2019, Rosario Arrambide González, directora del IDHIE, señaló que el objetivo del mural es exigir justicia para todas las víctimas, al tiempo que se sensibiliza a la sociedad y se genera una nueva memoria histórica.
Posterior a la develación de la obra, la artista Norma Aidé Jiménez Osorio reconoció el impacto emocional de conocer y plasmar la memoria de Paulina Camargo Limón y Karla López Albert. La autora apuntó que los girasoles representan la lucha por la justicia y la paz. “La memoria la construimos todos. A mí también me faltan Paulina y Karla”, sentenció.
“Esto no se trata de género: hemos perdido el sentido de la vida. No podemos seguir siendo víctimas de la confianza que depositamos en los demás”, comentó Rocío Limón.
En el desenlace de la ceremonia, Esperanza Albert, madre de Karla, lanzó un llamado a proteger a las mujeres, denunciando la deshumanización de la sociedad en general. Igualmente, urgió en la pertinencia de exigir el respeto y ejecución pronta y expedita de los derechos humanos.
Por su parte, Rocío Limón, madre de Paulina, agradeció la memoria y el apoyo brindado en casi un lustro de lucha, reconociendo el agotamiento físico, emocional y espiritual que suponen estas circunstancias. Realizó un llamado a despertar como sociedad y exigir justicia en una lucha que considera de causa común.
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