Fuego, descargas eléctricas y contacto con químicos o radiación son las causas más comunes de quemaduras en la población en general, que pueden requerir desde tratamientos leves a base de pomadas, hasta hospitalización, informó el subdirector del Centro Nacional de Investigación y Atención a Quemados (Ceniaq) del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), “Luis Guillermo Ibarra Ibarra”, Mario Vélez Palafox,
Detalló que, por lo general, las niñas y niños de cero a cinco años que tienen contacto con líquidos o agua caliente sufren quemaduras leves o escaldaduras, por lo que madres, padres y personas cuidadoras deben prestar mayor atención y cuidado para prevenirlas.
Indicó que el grado de la lesión depende de la afectación: las quemaduras de primer grado se pueden atender en casa con cremas o pomadas humectantes para disminuir el dolor; en la mayoría de los casos se deben a la exposición solar. Las de segundo y tercer grado se definen en función de la extensión y profundidad del área comprometida y requieren apósitos especiales que ayudan a la reconstrucción de la piel o bien un injerto en caso de heridas graves.
En entrevista con motivo del Día Nacional de la Prevención de Quemaduras en Niñas, Niños y Adolescentes el 27 de abril, detalló que el Ceniaq atiende pacientes con quemaduras graves, de segundo o tercer grado para quienes se diseña un plan de tratamiento y rehabilitación integral específico de acuerdo con sus requerimientos.
Este centro cuenta con cinco pisos para investigación y cinco para quirófanos, hospitalización, terapias, intensivas e intermedias, ventiladores y equipo especializado necesario para el tratamiento de pacientes.
Antes de la pandemia de COVID-19, se atendían anualmente entre 190 y 250 pacientes. Durante 2021 recibieron 160 en promedio.
El Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados inició operaciones en enero del 2010 para brindar servicios de alta especialidad a personas de todo el país, así como de Honduras y Guatemala. En más de una década ha atendido 180 niñas, niños y adolescentes y más de mil 500 personas adultas; sobre todo, de escasos recursos provenientes de Guerrero, Oaxaca y Chiapas.