La estrella de la selección egipcia, Mohamed Salah, se ha puesto en pie de guerra contra la Federación de su país por el manejo sus derechos de imagen y por los problemas de organización durante el Mundial de Rusia, donde el jugador asegura que con la constante presencia de hinchas no pudo ni dormir.
El enfrentamiento, desatado meses antes del Mundial por una inmensa foto de Salah que decoraba un avión de EgyptAir, patrocinador de la selección, ha degenerado en un cruce de acusaciones con la Asociación Egipcia de Futbol (EFA), que le echa en cara haber pedido un trato privilegiado.
En una rara declaración pública difundida anoche en Facebook, Salah tras dos días de dimes y diretes el delantero del Liverpool se quejó, en tono amargo, de haber sido acusado de no ser patriota.
«Dicen que Salah no es patriota. La gente sabe muy bien mi relación con ellos y con el país. Me muestran como alguien que odia la selección, pero la gente no lo cree», afirmó el jugador del Liverpool.
En el video, el delantero explicó parte de sus demandas, entre ellas que los jugadores de la selección vuelen en primera clase o que la EFA ponga seguridad en los hoteles de concentración para evitar que los aficionados persigan a los jugadores hasta las habitaciones.
«La última vez en la concentración de la selección me dormí a las 6.00 de la mañana. Hay gente que sube a la habitación para tomarse fotos conmigo. No quiero esto. Son cosas sencillas que hagan que el jugador se concentre en el partido», comentó.