El «monstruo de Ecatepec», como han llamado al sospechoso de matar al menos a diez mujeres, se perfila como el mayor asesino serial de México en lo que va de este siglo, después de sembrar el estupor social por su sobrecogedora declaración ante las autoridades.
Con su reconocimiento ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México de que dio muerte a varias mujeres, este presunto feminicida, identificado por las autoridades como Juan Carlos «N», entró al negro listado de los asesinos seriales más despiadados del país en los últimos años.
La Fiscalía señaló que entre 2012 y el día de su captura, hace una semana, pudo haber matado cuando menos a 10 mujeres -si bien él declaró que había asesinado a 20- en Ecatepec, uno de los municipios con mayor número de feminicidios en el país.
Juan Carlos «N» y su esposa, Patricia, fueron detenidos en una calle de Ecatepec próxima a su vivienda como sospechosos en la desaparición de tres mujeres, y al ser revisados la Policía descubrió que llevaban restos humanos en una carriola.
Tras su arresto, la Fiscalía mexiquense confirmó que los detenidos habían vendido una bebé de 2 meses, hija de una de las víctimas, a una pareja que también ha sido puesta en manos de la Justicia.
Un juez abrió a Juan Carlos «N» y a su esposa un proceso penal por delitos contra el respeto a los muertos y violaciones a las leyes de inhumación y exhumación, con lo que estarán presos mientras la Fiscalía concluye la investigación sobre el número de asesinatos.
A la audiencia celebrada ayer en el penal de Chiconautla llegaron decenas de personas que tienen hijas y hermanas desaparecidas; la casa en la que vivían se ha convertido en un morboso atractivo para las personas que pasan por allí.
La declaración que Juan Carlos «N» hizo en la Fiscalía fue filtrada a los medios a través de un video donde se escuchan frases de odio que han sacudido a una sociedad golpeada por la criminalidad, con 18.835 asesinatos en los primeros ocho meses de 2018.
«Si salgo, de una vez le digo a los patrones (los policías) que voy a seguir matando mujeres. Uno, porque no me deja dormir (una voz que escucha) y dos, por el odio que les tengo», afirmó Juan Carlos, quien presuntamente vendía los huesos de sus víctimas.
El detenido también señaló: «Prefiero que mis perritos coman carne de estas mujeres a que ellas sigan respirando mi oxígeno».
La Fiscalía ha calificado a Juan Carlos como un sociópata con rasgos de sadismo, en tanto que su esposa tiene una personalidad fácil de manipular, aunque ambos pueden diferenciar el bien del mal.
Su odio por las mujeres lo equipara con el tristemente célebre Goyo Cárdenas, un psicópata que a mitad del siglo XX asesinó a cuatro mujeres y las sepultó en el jardín de su casa; pasó décadas en prisión, donde estudió abogacía.
Desde el año 2000, la sociedad mexicana se ha visto impactada por la actuación de criminales como la «mataviejitas», el «caníbal de la Guerrero», el «sádico» o la «degolladora de Chimalhuacán».
La «mataviejitas», Juana Barraza, se mantuvo activa por unos siete u ocho años hasta su captura en 2006 y fue acusada de matar a 17 ancianas, para lo cual se disfrazaba de enfermera para entrar a sus viviendas.
También resalta en la lista negra Raúl Osiel Marroquín, el «sádico», detenido en enero de 2006 y conocido por haber asesinado al menos a cuatro hombres, a los que supuestamente primero seducía.
La prensa apodó en 2007 a José Luis Calva como el «caníbal de la Guerrero» (en alusión a una colonia de Ciudad de México).
Este fue señalado como responsable de la muerte de tres mujeres, entre ellas su esposa, a las que presuntamente congelaba para comer su carne.
En Chimalhuacán, estado de México, Itzel Nayeli García, la «degolladora», una mujer de 20 años, sembró el pánico en 2015, cuando por las mañanas, vestida de chándal, atacaba a hombres y les cortaba el cuello con una navaja.
De esta forma, asesinó a dos hombres e hirió a varios más.
En el caso del «monstruo de Ecatepec», todavía resta que la Fiscalía del Estado de México llegue al fondo del asunto para descubrir cuántos asesinatos cometió y que descienda a su lugar entre los peores asesinos de México. EFE