Venecia, 29 Ago (La Jornada).- La Mostra de Venecia abre el miércoles su edición 80 bajo la sombra de la huelga de actores y guionistas en Hollywood, lo que impedirá el desembarco de numerosas estrellas, pero no sin polémica, con películas de Woody Allen y Roman Polanski.
Un total de 23 películas compiten por el León de Oro, entre las que destacan Maestro, sobre el director de orquesta Leonard Bernstein, interpretada y dirigida por Bradley Cooper; Priscilla, de Sofia Coppola, acerca de la vida de Priscilla Presley, esposa de Elvis, y Poor things de Yorgos Lanthimos, versión del mito de Frankenstein en clave femenina, interpretada por Emma Stone.
El chileno Pablo Larraín (Neruda, Jackie) presenta a un Augusto Pinochet vampiro de 250 años de edad en El Conde; el papel del dictador está en manos de Jaime Vadell.
El mexicano Michel Franco (Después de Lucía) compite con Memory, drama amoroso con Jessica Chastain y Peter Sarsgaard.
Ferrari, de Michael Mann, con Adam Driver y Penélope Cruz, es un retrato del magnate automovilístico italiano del mismo nombre.
La cinta que debía abrir el festival, Challengers, con la joven estrella estadunidense Zendaya, tuvo que ser sustituida por Comandante, filme italiano de Edoardo de Angelis.
La huelga de actores en Estados Unidos empezó en julio y se añadió a la que ya protagonizaban desde mayo los guionistas.
Ambos movimientos plantean reivindicaciones laborales ante el desembarco de la inteligencia artificial en el mundo del cine.
En Venecia faltarán previsiblemente las estrellas que trabajan con grandes estudios; en tanto, las cintas independientes tienen más margen de maniobra.
La Mostra de Venecia es también un escaparate para el cine europeo o asiático, que no están afectados por las turbulencias de Hollywood.
Destaca Io capitano, de Matteo Garrone, que desde el punto de vista de los inmigrantes africanos narra la peligrosa decisión de viajar hasta Europa. El japonés Ryusuke Hagamuchi (Drive my car) presenta El diablo no existe.
La polémica este año puede estar servida por la presencia de tres directores que se vieron confrontados a escándalos sexuales.
El francés Luc Besson, que acaba de ser absuelto de una denuncia por violación, vuelve a la gran pantalla con Dogman.
Woody Allen presenta Coup de chance, su película 50, rodada en francés; en tanto, Roman Polanski dará a conocer una comedia ambientada en un hotel suizo, The Palace.
A sus 90 años, Polanski sigue bajo amenaza judicial en Estados Unidos por la violación de una menor en 1977. La denunciante lo perdonó públicamente, pero otras mujeres han surgido con acusaciones contra el director de El pianista. El realizador no acudirá a Venecia, según fuentes de la organización.
A Allen, de 88 años, lo persiguen las acusaciones de abusos de su hija adoptiva Dylan, también décadas atrás, que él siempre ha negado y que la justicia ha desestimado.
Más allá de la participación de Pablo Larraín y Michel Franco en la competencia, la presencia iberoamericana se concentra en secciones paralelas.
A cielo abierto, rodada en México, de los hermanos Marina y Santiago Arriaga (hijos del escritor y cineasta Guillermo Arriaga), concursa en el certamen Horizontes.
En la misma sección se presentará la brasileña Sem coraçao (Sin corazón) de otro dúo, Nara Normande y Tiao, que narra una historia de adolescentes en la costa de Recife durante el verano.
El rapto, de la argentina Daniela Goggi, concursa en Horizontes Extra.
El certamen será clausurado el 9 de septiembre, después de la entrega de premios, con la película La sociedad de la nieve, del español Juan Antonio Bayona, sobre el accidente aéreo de un equipo de rugby uruguayo en los Andes, en 1972.