Gareth Bale solo ha sido titular en dos partidos con Los Ángeles FC desde que recaló en el conjunto californiano en junio. Lleva casi dos años sin jugar los 90 minutos completos en el fútbol de clubes, y la última vez fue en un partido de la Copa de Inglaterra contra el modesto Wycombe Wanderers. Es más, tiene 33 años y está recién salido de una lesión.
Bale reconoció que “rezó una y otra vez” para formar parte de la convocatoria de Gales en esta Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™. Y después de conseguirlo, no quería abandonar prematuramente el césped del Estadio Áhmad Bin Ali ni aunque se estuviese muriendo…
Al fin y al cabo, era el primer partido de los Dragones en un Mundial en 64 años. Y Bale es “Míster Gales”: sabe lo que significa para sus compañeros de selección, para los aficionados, y para un país entero.
Para todos ellos fue providencial que su astro emblemático se negase rotundamente a tomarse un descanso. A falta de 10 minutos (mucho tiempo después del que normalmente Bale ya está rehidratándose en el banquillo), el extremo galés empleó todas las energías que le quedaban para llegar al balón antes que su marcador y provocar un penalti. Y a continuación, bajo una presión estratosférica, asumió la responsabilidad y, tras batir a Matt Turner desde los 11 metros, dio a Gales un punto de enorme valor.
En su única participación anterior en un Mundial, en Suecia 1958, los Dragones llegaron a cuartos de final, pero a costa de que se lesionase el magnífico John Charles. En ausencia de su talismán, Gales rindió admirablemente contra la todopoderosa Brasil, pero perdió 0-1 por una genialidad de Pelé.
“Con John Charles en el equipo podríamos haber ganado”, lamentó el seleccionador galés, Jimmy Murphy; una impresión con la que el propio Pelé coincidió más tarde. “Con él no puedo asegurar que hubiésemos ganado”, reconocía O Rei. “Era uno de los mejores jugadores del mundo, y todos lo conocíamos bien. Fue un palo enorme para Gales no solo porque perdió a un crack, sino también psicológicamente”.
Bale lo sabe todo sobre sufrir duros golpes. Sin embargo, haría falta un hachazo para impedirle saltar al campo con Gales este viernes contra la RI de Irán. El ex jugador madridista es consciente del valor de su presencia. Psicológicamente, no cabe duda de que será un estímulo para sus compañeros y un hándicap para sus rivales.
Y si Bale se niega otra vez a renunciar a hacer horas extra en el campo, ya hemos visto todos el peligro que eso implica…
Con información de FIFA