En su primer mensaje público desde que comenzó la investigación sobre injerencia rusa en Estados Unidos y obstrucción del presidente, Donald Trump, el Fiscal especial Robert Mueller anunció su renuncia y dijo que no podría dar información extra si aparece ante el Congreso.
«Más allá de lo que he dicho hoy, no creo que sea apropiado que hable más sobre las acciones del Departamento de Justicia», afirmó.
Mueller anunció que volvería a la práctica privada una vez concluida su investigación.
La declaración surge en medio de pedidos de que Mueller testifique ante el Congreso sobre las conclusiones de la pesquisa y tensiones con el Secretario de Justicia, William Barr, sobre el contenido del informe final. Mueller aseguró que era inapropiado que declarara ante el Congreso.
La investigación de Mueller determinó que no hubo un esfuerzo coordinado entre Rusia y la campaña de Trump para tergiversar las elecciones.
Pero no emitió opinión sobre si Trump había obstruido la justicia al considerar que no sería justo acusar al Presidente de ello sin poder enjuiciarlo.
«Si tuviéramos confianza en que el presidente hubiera cometido un crimen, lo hubiéramos dicho», afirmó.
Sin embargo, en su mensaje, Mueller destacó que existe una normativa del Departamento de Justicia que establece que un Presidente en funciones no puede ser enjuiciado.
«Imputar al presidente es un delito, por lo tanto no era una opción que pudiéramos considerar», dijo.
El secretario de Justicia ha declarado que quedó sorprendido por el hecho de que Mueller no llegó a una conclusión concreta, y decidió, junto con el subsecretario Rod Rosenstein, que no había evidencias para fundamentar un proceso por obstrucción de justicia.
Mueller, por su parte, en privado se quejó con Barr de que el resumen de cuatro páginas que el secretario envió al Congreso no reflejó adecuadamente las conclusiones de la investigación. Barr calificó la carta de Mueller como una queja.
El secretario de Justicia se encuentra actualmente en un viaje de trabajo en Alaska.